Hallelujah! Hallelujah! Hallelujah! Hallelujah!
O sons and daughters, let us sing!
The King of Zion, the glorious King,
over death today rose triumphing.
Hallelujah!
Hallelujah! Hallelujah! Hallelujah! Hallelujah!
That Easter morn, at break of day,
the faithful women went their way
to seek the tomb where Jesus lay.
Hallelujah!
Hallelujah! Hallelujah! Hallelujah!
An angel clad in white they see,
who sat, and spake unto the three,
"Your Lord doth go to Galilee."
Hallelujah!
Hallelujah! Hallelujah! Hallelujah! Hallelujah!
That night the apostles met in fear;
amidst them came their Lord most dear,
and said, "My peace be on all here."
Hallelujah!
Hallelujah! Hallelujah! Hallelujah! Hallelujah!
When Thomas first the tidings heard
that some had seen the risen Lord,
he doubted the disciples' word.
Hallelujah!
Hallelujah! Hallelujah! Hallelujah! Hallelujah!
"My pierced side, O Thomas, see,
and look upon my hands, my feet;
not faithless be believing."
Hallelujah!
Hallelujah! Hallelujah! Hallelujah! Hallelujah!
No longer Thomas then denied;
he saw the feet, the hands, the side.
"You are my Lord and God!" he cried.
Hallelujah!
Hallelujah! Hallelujah! Hallelujah! Hallelujah!
How blest are they who have not seen
and yet whose faith has constant been,
for they eternal life shall win.
Hallelujah!
Hallelujah! Hallelujah! Hallelujah! Hallelujah!
On this most holy day of days
to God your hearts and voices raise,
in laud and jubilee and praise.
Hallelujah!
¡HOLY EMMANUEL I SELASSIE I JAH RASTAFARI!
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¡Alaben a Jah! ¡Alaben a Jah! ¡Alaben a Jah! ¡Alaben a Jah!
Hijos e Hijas, vamos a cantar!
El Rey de Sión, el glorioso Rey,
sobre la muerte resucitó hoy triunfante.
¡Alaben a Jah!
¡Alaben a Jah! ¡Alaben a Jah! ¡Alaben a Jah! ¡Alaben a Jah!
Esa mañana de Pascua, al amanecer,
las mujeres fieles se fueron
a buscar la tumba donde Negus estaba.
¡Alaben a Jah!
¡Alaben a Jah! ¡Alaben a Jah! ¡Alaben a Jah! ¡Alaben a Jah!
Un ángel vestido de blanco ellas vieron,
se sentó y les habló a las tres,
"Su Señor va a Galilea."
¡Alaben a Jah!
¡Alaben a Jah! ¡Alaben a Jah! ¡Alaben a Jah! ¡Alaben a Jah!
Esa noche los apóstoles estaban reunidos en temor;
en medio de ellos vino su mas querido Señor,
y dijo: "Mi paz esté con todos aquí."
¡Alaben a Jah!
¡Alaben a Jah! ¡Alaben a Jah! ¡Alaben a Jah! ¡Alaben a Jah!
Cuando Tomas por primera vez oyó la noticia
que algunos habían visto al Señor resucitado,
dudaba de la palabra de los discípulos.
¡Alaben a Jah!
¡Alaben a Jah! ¡Alaben a Jah! ¡Alaben a Jah! ¡Alaben a Jah!
"Mi costado traspasado, oh Tomas, mira,
y observa mis manos, mis pies;
no seas incrédulo puedes creer ".
¡Alaben a Jah!
¡Alaben a Jah! ¡Alaben a Jah! ¡Alaben a Jah! ¡Alaben a Jah!
Ya no mas lo negó Tomas;
vió los pies, las manos, el costado.
"Tú eres mi Señor y Dios mío!" él lloró.
¡Alaben a Jah!
¡Alaben a Jah! ¡Alaben a Jah! ¡Alaben a Jah! ¡Alaben a Jah!
Bienaventurados son los que no han visto
sin embargo, su fe debe ser constante,
entonces la vida eterna ganarán.
¡Alaben a Jah!
¡Alaben a Jah! ¡Alaben a Jah! ¡Alaben a Jah! ¡Alaben a Jah!
En este día el más sagrado de los días
a Dios sus corazones y voces alzen,
en elogio y júbilo y alabanza.
¡Alaben a Jah!
¡SAGRADO EMMANUEL I SELASSIE I JAH RASTAFARI!
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MATEO 28: 2 De pronto, hubo un gran temblor. Un ángel de Dios bajó del cielo, movió la piedra que cerraba la tumba, y se sentó sobre ella. 3 El ángel brillaba como un relámpago, y su ropa era blanca como la nieve. 4 Al verlo, los guardias se asustaron tanto que empezaron a temblar y se quedaron como muertos. 5 El ángel les dijo a las mujeres: «No se asusten. Yo sé que están buscando a Jesús, el que murió en la cruz. 6 No está aquí; ha resucitado, tal y como lo había dicho. Vengan a ver el lugar donde habían puesto su cuerpo. 7 Y ahora, vayan de inmediato a contarles a sus discípulos que él ya ha resucitado, y que va a Galilea para llegar antes que ellos. Allí podrán verlo. Éste es el mensaje que les doy.»
LUCAS 24: 11 Entre las mujeres estaban María Magdalena, Juana y María, la madre del discípulo que se llamaba Santiago.
JUAN 20: 19 En la noche de ese mismo domingo, los discípulos se reunieron en una casa. Las puertas de la casa estaban bien cerradas, porque los discípulos tenían miedo de los líderes judíos. Jesús entró, se puso en medio de ellos, y los saludó diciendo: «¡Que Dios los bendiga y les dé paz!» 20 Después les mostró las heridas de sus manos y de su costado, y los discípulos se alegraron de ver al Señor. 24 Tomás, uno de los doce discípulos, al que le decían el Gemelo, no estaba con los otros cuando Jesús se les apareció. 25 Cuando Tomás llegó, los otros discípulos le dijeron: "¡Hemos visto al Señor!". Pero él les contestó: "No creeré nada de lo que me dicen, hasta que vea las marcas de los clavos en sus manos y meta mi dedo en ellas, y ponga mi mano en la herida de su costado". 26 Ocho días después, los discípulos estaban reunidos otra vez en la casa. Tomás estaba con ellos. Las puertas de la casa estaban bien cerradas, pero Jesús entró, se puso en medio de ellos, y los saludó diciendo: «¡Que Dios los bendiga y les dé paz!» Luego le dijo a Tomás: "Mira mis manos y mi costado, y mete tus dedos en las heridas. Y en vez de dudar, debes creer". 28 Tomás contestó: "¡Tú eres mi dueño y mi Dios!" 29 Jesús le dijo: "¿Creíste porque me viste? ¡Felices los que confían en mí sin haberme visto!" 30 Delante de sus discípulos, Jesús hizo muchas otras cosas que no están escritas en este libro.
¡SAGRADO EMMANUEL I SELASSIE I JAH RASTAFARI!
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