sábado, 29 de junio de 2013

NEGRITUD, AFRICANISMO Y PANAFRICANISMO

NEGRITUD, AFRICANISMO Y PANAFRICANISMO



África, a principios del siglo XX representa, para la mayor parte del mundo, una tierra extraña, desconocida y hasta peligrosa, pero a la vez enigmática, deseada, ambicionada, por lo que las grandes potencias europeas tratan de mantener el control que apenas habían comenzado a ejercer, de manera directa, sobre este continente tras el llamado pacto de Berlín de 1884-1885 en el que dicho continente fue repartido entre las hegemonías europeas. Como toda colonización, la de África iba encaminada a la explotación –ahora directa, ya que antes se había manifestado indirectamente con el apoyo de los poderíos locales- de los hombres, de los recursos naturales, minerales, etc.

Pero además y tras la idea de que en el “continente negro no había ocurrido nada extraordinario, digno de recordar tanto en el ámbito cultural como en el político, social y económico, los colonizadores introdujeron su propia cultura y la impusieron a los africanos, como diría Jean-Paul Sartre, “con hierro candente en la frente” para que las misma no fuese ignorada por los nativos.

Es decir, la colonización cultural fue un procedimiento mucho más efectivo que los colonizadores aplicaron en África, colonización que hizo que, al menos por algún tiempo, África olvidase sus orígenes, su propia cultura, su papel de gran importancia en la conformación del mundo, para pasar a ser un continente que hasta cierto punto, y por el propio deseo de los colonizadores, buscaba parecerse cada vez más a la Europa dominante. El dominio político fue acompañado, por tanto de un dominio cultural.

Sin embargo y como en todo, siempre hay excepciones ya que desde el momento mismo de la final y decisiva introducción de Europa en África, se dieron movimientos que pugnaban por el rescate de los valores africanos, por la autodeterminación de cada uno de sus países e incluso por la unión de todos ellos en una bloque continental.

Estas corrientes o movilizaciones llamadas Negritud, Africanismo o Personalidad africana y Panafricanismo respectivamente, si bien formaban parte de una empresa común, el renacimiento africano, todas tienen orígenes distintos; y si bien buscaban un fin común: la revalorización de la cultura africana en todas sus expresiones, cada una lo hace de una manera distinta pero a la vez apoyándose unas a otras.

Es así que en esta exposición se parte de la hipótesis de que la población negra en general (africanos, afro-americanos, etc.), al percatarse de que la cultura occidental había estrangulado la normal evolución de la negritud en el siglo XIX, aunado a la gran explotación de la que habían sido objeto a manos de los europeos, toman conciencia de la enorme riqueza cultural con que cuentan que pueden y deben dar a conocer al mundo, por lo que conforman movimientos o ideologías que les permitan lograr su cometido, además de que les proporcione los recursos necesarios para subsanar, en lo posible, la aculturación europea que muchos africanos han sufrido y que les impide reconocer y retomar sus valores originales y conformarse como una unidad tanto cultural como continental. Todo esto como un ataque al exacerbado euro centrismo que domina al mundo y que trata de empequeñecer a las demás culturas por considerarlas inferiores, atrasadas culturalmente, cuando la verdad es que son diferentes y en muchos casos, con una raíz cultural mayor de la que presume la misma cultura occidental (o europea).

EL PROCESO DEL RENACIMIENTO AFRICANO

No cabe duda que el colonialismo causó efectos enajenadores sobre los pobladores africanos. En las zonas de mayor contacto con los europeos fue en donde esto se hizo más palpable, aunque hay que reconocer que muchas de las tradiciones autóctonas se salvaron y serán las que más adelante den sustento a los movimientos reivindicadores e independentistas.

La enajenación fue el arma más poderosa que utilizaron los europeos para dominar a la población africana. Sin embargo, y como ya lo habían hecho en otras colonias tanto en América como en Asia, el Imperio británico recurrió a la práctica del Indirect Rule (gobierno indirecto) mediante el cual daban a las colonias una especie de oportunidad de autogobierno, aunque sujeto a algún órgano representativo inglés en la colonia. Es por eso que en las regiones africanas que experimentaron este tipo de gobierno, la enajenación fue menor. Sin embargo, y si como dice Rosa María Villarelo Reza, la enajenación puede interpretarse como asimilación, entonces ésta fue mayor en los pueblos bajo el dominio francés.

Sin embargo, “llegó el día en que los africanos gritaron ¡Basta!, No somos personas inferiores, no vamos a permitir que nos sigan manteniendo en un estado de subordinación. Estamos dispuestos a manifestar nuestra personalidad, a tener nuestros propios pensamientos, a desarrollar nuestras propias ideas y actividad política, con base en nuestro propio suelo africano, nuestra propia historia, nuestras propias luchas, tradiciones, idioma, cultura y realizaciones”.

Es así, que de esta manera se va originando el renacimiento negro y africano, expresado en un número de ideas, teorías y movimientos.

En el programa del renacimiento africano se inscriben la conquista de los derechos políticos, la desaparición del racismo y la discriminación, el reconocimiento del derecho de los africanos a desarrollar su propia cultura. Pero sobre todo, lo que buscaba el renacimiento africano era acabar con la idea tan cacareada por Europa de que África era y seguía siendo un pueblo sin historia, sin arte, incivilizado, etc., por lo que ellos buscan demostrar que estos pueblos son tan capaces como el que más de generar culturas específicas y aclarar que la manera en como se ha producido historia en este continente es diferente a la europea u occidental en general, cosa que no sustenta la idea de que este continente hubiese sido a-histórico. Es decir, lo que se busca es atacar al euro centrismo.

El rescate de los valores culturales, pero sobre todo la creación de una historia que presente el gran desarrollo africano que se dio antes de que éste se produjera incluso en la misma Europa, representa para los africanistas, panafricanistas y teóricos de la negritud, un factor de suma importancia para conformar una fuerza no sólo nacional sino también continental para arremeter contra los embates de la cultura occidental, en particular, en contra la europea.
El renacimiento africano depende de un crecimiento independiente, del rescate y preservación de las raíces, del rechazo a la asimilación, a pretender ser como el colonizador, de la renovación y formación de los africanos en los postulados propiamente africanos y no occidentales que los alejan de sus raíces y se basa en los ideales de la Negritud y el Panafricanismo.

LA NEGRITUD

La palabra Negritud se oye por primera vez en 1933 en un discurso pronunciado por Aimé Césaire, y años más tarde, teniendo como antecedente la publicación de L´Etudiant Noir en 1931, comienza formalmente el movimiento literario de la Negritud.

Léopold Sedar Senghor da los elementos que han formulado este movimiento:

-          Una valoración de los elementos naturales, reclamando para África el privilegio de conservar su naturaleza no mancillada.

-          Supremacía del dinamismo natural sobre el carácter estancado de las formas occidentales tecnificadas. (Aquí Senghor da la idea, aberrante quizá para los euros centristas, de que la cultura occidental es estática mientras que la africana es cambiante, dinámica. Una idea muy novedosa).

La Negritud, según sus creadores (Aimé Césaire y Léopold Sedar Senghor) puede definirse como los valores culturales de la civilización negro-africana. Es ante todo la reacción a las humillaciones que sufrían los intelectuales de piel negra y sus compatriotas en París, es la protesta contra la política imperialista de asimilación y aniquilamiento de la cultura africana. Es el patrimonio cultural, los valores, y sobre todo, el espíritu de la civilización negro-africana.

En específico, para Césaire, la Negritud “es la exigencia del negro, exigencia de justicia, de dignidad y de humanidad”. Para Senghor, la Negritud es rebelión contra el blanco, rechazo a la asimilación, una afirmación del ser del negro. Es un hecho, una cultura. Es la suma de los valores económicos, políticos, intelectuales, morales, artísticos y sociales, no sólo de los pueblos de África negra, sino de las minorías en América, Asia y Oceanía

Es decir, para estos autores, la Negritud representa antes que nada la aceptación de ser negro, para después pasar a revalorar el pasado cultural, reinsertarlo en la realidad africana como un arma para combatir la asimilación que se ha venido gestando desde el momento mismo de la colonización. La Negritud es vista como el esfuerzo de resistencia para reducir los efectos de la asimilación cultural que viene a consagrar la destrucción del ser del negro-africano.

Hay que señalar que la Negritud tuvo sus orígenes fuera de África, ya que empieza a hablarse de ella entre los intelectuales negros exiliados en las metrópolis europeas y en los Estados Unidos de América. La manera en como comienza la expresión de la Negritud es a partir de una literatura comprometida, incluso denominada por algunos como revolucionaria, que no sólo se limite a la descripción de los valores africanos sino que pugne por un cambio de concepción que de éstos se tiene en el mundo. Esta literatura busca acabar con ese vacío cultural creado en la sociedad africana por la colonización.

Para los teóricos de la Negritud, ésta ya existía, pero vino a ser coartada por el colonialismo y en general, por todo el mundo blanco. Es por eso que resurge con fuerza, viniendo a ser un grito de liberación de una raza dominada por otras razas. Como se dijo anteriormente, la Negritud se situó en sus inicios en París. Muchos intelectuales avecindados en esta ciudad fueron tomando conciencia de sus orígenes y trataron de rescatar y propagar su propio pasado. Atacaban principalmente la idea euro centrista de que ninguna otra región puede llegar a ser civilizada y civilizadora y que es sólo hasta el contacto con Europa cuando los asentamientos humanos entran en contacto con la cultura y la civilización: “la más monstruosa falsificación de la historia de la humanidad es negar el papel civilizador de la raza negra”. Es por eso que los negros desean demostrar a los blancos su igualdad, la riqueza de su pensamiento y la fuerza de su espíritu, su propia forma de expresión, diferente si, pero no atrasada.

Por el hecho de que la Negritud propaga la idea de la recuperación, revalorización de la raza negra, se ha pensado que ésta ha llegado a ser en algún momento, racista, es decir, que discriminaba a la raza blanca, pero Patricio Lumumba, líder africanista, afirmaba que los movimientos de la Negritud y del Africanismo o el Panafricanismo no eran una rebelión en contra de las personas blancas, sino que iban dirigidos en contra del colonialismo, sea cual fuere su color.

Después de la Segunda Guerra Mundial, los negros sintieron la necesidad de recordar al mundo que existía una cultura negro africana y la manera como trataron de darla a conocer fue a través de la literatura. La razón más profunda del resentimiento del africano respecto a la cultura europea deriva de la calificación que ésta a hecho sobre que la cultura africana ha sido inexistente o retrasada. En el colmo del euro centrismo, los europeos han insistido en que la cultura negra es una ramificación de la cultura occidental, debido a su propia concepción de ser una cultura universal de la que todas las demás derivan.

La cultura nacional en África, durante el dominio cultural, es una cultura impugnada y por mucho tiempo condenada a la clandestinidad, es por eso que los africanos, tras el debilitamiento del orden colonial en la posguerra, luchan por la reivindicación de la Negritud no sólo para redimirla, sino para justificar su propio pasado, presente y futuro.

Entre las publicaciones de mayor importancia para la expansión de la Negritud se encuentran la antes citada L´Étudiant Noir (1933-34) y Légitime Défense (1932), además de la revista Présence Africaine (1947), considerada como la primera revista cultural del mundo negro. Ésta da lugar, además, un poco más tarde a la realización del I Congreso de Escritores y Artistas Negros que tuvo lugar en París del 19 al 22 de Septiembre de 1956, convocado para discutir los aportes de la cultura negra al mundo. Esta reunión fue considerada como una “manifestación de los pueblos esclavos” decididos a hacer escuchar su voz. Se insistió en la universalidad de la cultura y se señalaba que existía la necesidad inmediata de redescubrir y valorar las culturas negras, ya que habían sido ignoradas; llamaba a todos los intelectuales negros a participar en esta misión; se manifestaba la urgencia de libertad para los pueblos para que pudieran gozar de los beneficios de la educación en su propio marco cultural. Esta reunión tuvo un carácter completamente anticolonialista.

En fin, la Negritud sí puede hablar en nombre de todos los negros, independientemente de que los problemas de la gente de color sean diferentes en África o en América, pues la Negritud significa la libertad de cultura, como parte de la civilización universal. En este sentido, no únicamente los africanos solos han logrado su liberación, sino que sus hermanos de raza norteamericanos, brasileños, antillanos y hasta intelectuales africano-franceses, ingleses o portugueses los han apoyado considerablemente.

El II Congreso de Escritores y Artistas Negros se celebró tres años después que el primero, en 1959, teniendo como sede la ciudad de Roma. Tuvo un carácter político marcado. En la relación general se tocaron los temas de independencia y de unidad africana.

Las manifestaciones literarias más conocidas de la Negritud son la poesía y la novela, pero aunque ellas han tenido más relevancia, la etnología y por supuesto la historia, han jugado un papel de primera importancia. El papel de los historiadores es muy importante porque dejan plasmada para siempre la verdadera historia de África, evitando que se conozca únicamente una visión parcial y tendenciosa que los europeos le han dado. Así, para Cheik Anta Diop, la finalidad histórica de África escrita por los africanos debe ser la siguiente: “El negro ha de ser capaz de resumir la continuidad de su pasado histórico nacional, y sacar de él el beneficio moral necesario para reconquistar su lugar en el mundo civilizado”.

PERSONALIDAD AFRICANA

Es el nombre que se le ha dado principalmente en el África de expresión inglesa, a aquello que es completamente identificable con la Negritud.

Este movimiento, que nació inspirado del Panafricanismo, se ha desarrollado paralelamente o ha sido producto de las luchas políticas habidas en el continente. Kwame Nkrumah abrazó este concepto para fortalecer sus ideales de Africanismo y Panafricanismo. También Sékou Touré se apropió de la expresión y decía que: “La cuestión es la de nuestra africanidad, o sea, la de nuestra personalidad. El problema estriba en construir, tranquila y armoniosamente, un África que sea verdaderamente africana”.

Aunque en esencia la Personalidad africana y la Negritud son lo mismo e incluso para algunos significa lo mismo, se puede decir, como lo afirma Rosa María Villarelo, que la primera fue fruto de la independencia política del continente y sus principios son fundamentados con la Negritud. En cambio ésta última es una condición sine quan non de la existencia del negro-africano que como tal tiene siglos de existencia, y como corriente descolonizadora antecede a la Personalidad africana.

La Personalidad africana desea que los pueblos africanos experimenten el extremo de ser y seguir siendo ellos mismos en lugar de ser transformados en ingleses, franceses, etc. Es la expresión del movimiento nacionalista africano, que es la manifestación máxima del deseo que tienen los africanos de controlar ellos mismos su destino. La Personalidad africana, al igual que el Panafricanismo y el Nacionalismo no se rebelan contra los pueblos blancos, sino en contra del colonialismo y no el pueblo europeo. Se puede afirmar que la Personalidad africana está contemplada en la Negritud; asimismo, ésta permitió la reafirmación del Nacionalismo negro-africano inspirado en el ideal panafricano.

PANAFRICANISMO

Frente a la opresión del pueblo negro, éste tuvo necesidad de manifestar su inconformidad. Como ya se mencionó, el continente africano fue objeto, en 1886 en la Conferencia de Berlín, de una arbitraria repartición de su territorio en manos de las principales potencias europeas, sin tomar en cuenta las divisiones étnicas e históricas, sino únicamente los intereses coloniales. Ante tal situación, África tenía que unificarse para enfrentar al opresor.

Surge la unidad de pensamiento, cristalizado en el movimiento denominado como “Panafricanismo”, que engloba varias ideas, pero la principal es la unidad del continente. Este movimiento, surge en América a fines del siglo XIX. Como dice Phillippe Decraene, en su origen, “el panafricanismo es una simple manifestación de solidaridad fraternal entre los negros de ascendencia africana, de las Antillas británicas y de los Estados Unidos de América”.

Los primeros ideólogos del Panafricanismo eran ajenos a África ya que no vivían en el continente. Por tanto, el movimiento se impregna, como lo dice Decraene, “de una doctrina nacida fuera de África, pero que vuelve a ella para buscar sus fuentes de inspiración”. En un principio, este movimiento estaba encaminado a lograr ciertas reivindicaciones para los negros de Norteamérica, para después, tal vez por nostalgia, voltear sus ojos a África, ahora con el anhelo de lograr la liberación del continente.

La tesis central del Panafricanismo es: “existe una personalidad africana que es común a todos los hombres, a todas las mujeres de raza negra; dicha personalidad oculta valores específicos de sabiduría, de inteligencia, de sensibilidad. Los pueblos negros son los pueblos más antiguos de la tierra. Están consagrados a la unidad y a un porvenir común de poder y gloria”. Esta doctrina, rechaza toda idea de asimilación, de integración al universo del colonizador. El Panafricanismo pasa de una idea de origen anglosajón a un movimiento esencialmente africano, hecho por y para los africanos.

Para algunos autores, como Jean Ziegler, la idea panafricana es una idea, valga la redundancia, tan vieja como la deportación misma de los africanos a ultramar. Es decir, que desde el momento mismo de la comercialización y esclavitud de los africanos, en ellos nace la idea de regresar a sus tierras y unirse en una lucha común para acabar con el sistema opresor de los europeos. Además N´Krumah afirmaba que la unidad del continente era necesaria para llevar el desarrollo al mismo. O sea, que tanto la libertad política como el desarrollo económico estaban supeditados a la unión continental en África.

Según Villarelo, el panafricanismo es un arma de lucha ideológica y política y se basa en 4 principios fundamentales: 1) Todos los pueblos del continente africano tienen un destino común y por lo tanto necesitan unir esfuerzos al máximo a fin de resolver sus problemas; 2) África tiene que ser gobernada por africanos y hay que acabar con todas las formas de dominación e influencia extranjera, con todas las formas y manifestaciones del colonialismo; 3) Para lograr la unidad y destruir al colonialismo, los pueblos africanos tienen que restablecer su propia historia, hacer renacer la memoria de sus héroes y sus luchas por la libertad, revivir la llama de sus idiomas y su cultura, reafirmar su propia dignidad y reconocer que ellos tienen un aportación que hacer al progreso de la humanidad; estas ideas son las que han de conformar la concepción de “personalidad africana”; 4) Inmediatamente después de ponerle fin al dominio colonial directo, la sociedad africana tiene que ser reorganizada radicalmente.

Pero esta unidad no es tan fácil como parece, ya que si bien es un deseo general, existen obstáculos que impiden que se llegue a este fin. Entre los principales obstáculos se encuentran: a) La casta privilegiada que surge después de las independencias ya que en muchos casos no desean perder el statu quo que les dejo el sistema colonial; b) La debilidad económica de la mayoría de los países africanos, que los lleva a tener cierta debilidad en el ámbito político; c) El tribalismo, balkanización, personalismo, neocolonialismo, regionalismo, todo esto contribuye a fomentar la división; d) La disgregación interna y la mayor concentración en las áreas urbanas. Es decir, la debilidad poblacional contribuye a que algunos estados sean débiles económica e incluso políticamente; e) Hay una gran diversidad étnica al interior de los mismos Estados africanos, lo que ha llevado a que muchos de estos no se puedan unir internamente, mucho menos lo puedan hacer continentalmente; f) A pesar de que se ha dado la independencia, esta sólo ha sido en el ámbito político, ya que la mayoría de los estados africanos son dependientes, económicamente, del exterior. El comercio más importante este en manos de extranjeros; g) Hay altos niveles de analfabetización, falta de recursos económicos para impulsar el sistema educativo, además de la existencia en algunos países de regímenes de partido único lo que ha impedido el desarrollo político; h) Existe una separación material entre el África blanca y el África negra. Son diferentes cultural, económica, política, religiosa y socialmente, lo que impide que se materialice una unión entre ambas.

A pesar de todo, se han dado varios intentos por llevar a cabo esta unidad, acciones manifestadas en la celebración de conferencias, congresos, reuniones en general que han tenido como tema principal, la unidad africana.

Congresos Panafricanos

Silvestre Williams, nativo de Trinidad, organizó la conferencia que puede ser considerada como el lugar de nacimiento de la ideología y el movimiento panafricano.

Este I Congreso panafricano se llevó a cabo en Londres en el año de 1900, con el objetivo primordial de protestar contra el acaparamiento de las tierras africanas por los europeos. La asistencia a este congreso fue reducida e incluso, no asistió ningún representante africano por lo que los asistentes no lograron llegar a nada en concreto. El II Congreso panafricano se realizó en París, en 1919, con la asistencia de 57 delegados negros, provenientes de las Antillas, de Estados Unidos y de algunas colonias francesas y británicas. Por primera vez se escuchó el eslogan de “África para los africanos”. Llevaron a cabo varias reuniones en las que se discutió el tema de la discriminación racial. El III Congreso panafricano se efectuó en Londres y Bruselas en al año de 1921. Las principales ideas y demandas que se emanaron de este congreso fueron: Que debía incrementarse el contacto inter-racial, que la democracia debía extenderse por todo el mundo y que deberían establecerse instituciones políticas entre los pueblos oprimidos. El IV Congreso panafricano se llevó acabo en 2 partes. La primera fue en Londres y la segunda en Lisboa, ambas en el año de 1923. Se trataron algunos de los puntos de los congresos anteriores, además de buscar mejores tratos para los negros, es decir, que los negros fueran tratados, en cualquier parte del mundo, como humanos, ya que este era el único camino para la paz y el progreso. El V Congreso panafricano se realizó en Nueva York, en 1927, al que asistieron 208 delegados que iban de 12 diferentes países. Se considera que en este congreso comenzó a tomar forma concreta el panafricanismo. De nueva cuenta, se tomaban en consideración muchos de los puntos tratados en los congresos anteriores, pero desafortunadamente no lograron hacer nada en concreto.

De 1927 a 1945, debido a problemas internacionales (Guerras, crisis, etc.), el tema del panafricanismo se relegó un poco, aunque se publicaron algunos documentos, cartas, etc., que hacían referencia a él. Para el año de 1944 se creó la Pan African Federation, en la que se agrupaban cerca de 20 asociaciones. Los objetivos principales eran reclamar la independencia y la unidad africana, el fin de la discriminación racial, la cooperación entre los pueblos africanos, etc.

El VI Congreso panafricano se efectuó a instancias de la Pan African Federation en Manchester, en donde las figuras principales fueron N´Krumah, Padmore y Kenyatta. En este congreso entraron en contacto los nacionalistas africanos de habla inglesa con algunos de lengua francesa. Esta vez predominaron los componentes africanos, además de que surgen nuevas ideas que fortalecen la doctrina panafricanista.

Algunas de las principales resoluciones que se tomaron en este congreso eran: La denuncia de la discriminación racial, el hecho de que la dominación colonial había impedido el desarrollo del continente africano, las fronteras artificiales que seguían siendo uno de los principales obstáculos para la unidad africana, que las metrópolis no se habían preocupado por mejorar los sistemas educativos, de salud y nutrición de sus colonias. Pedían además igualdad de oportunidades para los negros, que se repartieran tierras a los nativos, educación y alimentación para todos, poder participar en los gobiernos de sus países. Incluso reclamaban la independencia tanto de Argelia como de Túnez y Marruecos, y en general, la completa independencia para los pueblos de África Occidental, entre otras.

Como se ha observado, todos los congresos antes citados, fueron celebrados, sí bien a instancias de algunos africanos, fuera de África. Sin embargo, después de el último congreso y a causa de la situación de posguerra, se nota un debilitamiento del orden colonial en el continente africano, lo que permitirá que al interior del mismo se lleven a cabo las grandes conferencias panafricanas en las que se observará un mayor afán y espíritu de lucha y de deseo por llevar a cabo la tan anhelada unión africana.

Antes de la celebración de estas conferencias, se llevaron a cabo, entre 1945 y 1958 algunas otras reuniones que si bien no abordaban de manera explícita el tema panafricano, si hablaban acerca de la unidad cultural, el respeto a la comunidad negra, la independencia.

El impacto de los congresos panafricanos es algo innegable, ya que muchas de las ideas allí debatidas fueran la inspiración para movimientos independentistas, de luchas reivindicadoras, etc.

Conferencias Panafricanas

Es hasta el año de 1958 cuando se puede observar al interior del continente africano el auge de otras reuniones que deseaban, ahora sí, institucionalizar el panafricanismo. Es en este momento cuando se puede hablar ya de un panafricanismo auténticamente panafricano, ya que los organizadores y participantes son africanos y los temas abordados hacen alusión a problemáticas netamente africanas.

La I Conferencia de los Estados Africanos Independientes se llevó a cabo en Accra, capital de Ghana, en abril de 1958. Esta conferencia fue organizada por N´Krumah y en ella participaron todos los Estados africanos independientes hasta el momento (Etiopía, Liberia, Egipto, Libia, Sudán, Marruecos, Túnez, y Ghana, sólo no asistió Sudáfrica). Los propósitos de la conferencia eran: 1) Discutir problemas de interés común; 2) Buscar los medios para obtener un mayor acercamiento y entendimiento; 3) Buscar los medios necesarios para defender la independencia y soberanía de los países participantes, así como para ayudar a otros a obtener la independencia y; 4) Programar los intercambios culturales y la asistencia mutua. La II Conferencia de los Estados Africanos Independientes se celebró en Addis Abeba, capital de Etiopía, en Junio de 1960. Los temas principales de esta conferencia fueron el apoyo a los movimientos de independencia que estaban en boga en el continente, exigir un papel más significativo en el ámbito internacional, y por supuesto, la unidad africana. Asistieron representantes de 11 países independientes {Camerún, Etiopía, Ghana, Guinea, Libia, Liberia, Marruecos, Sudán, Túnez, Togo y RAU (Egipto)}, otros cono Congo, Nigeria, Somalia y Argelia obtuvieron el reconocimiento de miembros de la conferencia. Había también líderes nacionalistas de Rhodesia, Kenya, Uganda, Tangañica, Sudáfrica y el Sudoeste africano. El eje rector de esta conferencia fue la unidad nacional, ya sea de manera total o de forma gradual.

La I Conferencia de los Pueblos Africanos, efectuada en Accra, en diciembre de 1958 se vio la asistencia de un número elevado de asistentes (300 líderes políticos en representación de 28 países africanos. N´Krumah propuso las ideas sobre las cuales debía realizarse la conferencia: 1) Consecución de la Independencia; 2) Consolidación de la misma; 3) Creación de la unidad entre los estados africanos libres y 4) Reconstrucción económico-social de África sobre la base del socialismo africano.

En pocas palabras, la conferencia se lanzó contra el imperialismo y el colonialismo, increpando su sistema de explotación económica en detrimento de las masas africanas, que no gozaban de los derechos fundamentales del hombre, tan defendidos por occidente. Aseguraban que la independencia era un paso previo sumamente importante para llevar a cabo la unidad, ya que la existencia de estados separados pondría en peligro a la misma, además favorecía el surgimiento de una nueva forma de colonialismo. Afirmaban que las fronteras trazadas arbitrariamente por los países colonialistas debían ser reajustadas, sobre todo aquellas que separaban a grupos étnicos.

La II Conferencia de los Pueblos Africanos se celebró en Túnez, con la representación de 32 países y observadores de China, Grecia, India, Inglaterra, Estados Unidos y Yugoslavia. Los grandes temas de esta conferencia fueron, de nueva cuenta, la independencia y la unidad. Se afirmaba que la independencia era un requisito indispensable para llevar a cabo el desarrollo en el continente. La III Conferencia de los Pueblos Africanos, efectuada en El Cairo en marzo de 1961, abordó los temas de liberación de las colonias africanas, descolonización en África, desarrollo cultural, económico y social de la misma y unidad y solidaridad continental.

A pesar de las diferencias, se dieron algunos intentos de asociación regional. Las primeras manifestaciones fueron la creación de uniones limitadas a pequeño número de Estados, generalmente cercanos entre sí, con afinidades étnicas, lingüísticas, etc. Además, se crearon algunos grupos de países que, aunque no tenía fronteras comunes, se constituyeron en grupos de acción, tendientes a un solo fin que era la unidad africana. Varias de estas uniones tuvieron duración breve y otras una un poco más extensa, pero que de una u otra forma han dejado su constancia en la lucha por el panafricanismo. Algunas de estas asociaciones fueron: 1) Grupo de Brazzaville; 2) Grupo de Casablanca; 3) Grupo de Monrovia. En todas estas agrupaciones se llevaron a cabo conferencias y se tomaron resoluciones en torno a intereses particulares.

Dentro de las conferencias especiales, sobresale la reunión cumbre del panafricanismo, en donde quedan manifiestas todas las luchas que se habían realizado a lo largo de muchos años y que se cristalizan el Addis Abeba en mayo de 1963, conferencia que logra que por primera vez reunir a los 30 jefes de los países independientes hasta entonces. En el discurso inaugural, el Emperador de Etiopía pedía que se emprendieran medidas concretas para acelerar la descolonización del continente y la realización de la unidad del mismo. Era necesario revertir los efectos negativos del colonialismo y apoyar a los países menos desarrollados para que alcanzasen mejores niveles de vida, lo que permitiría la pronta unión continental.

Según ellos, la única solución para esto, era la de eliminar las fronteras existentes, para crear una verdadera unidad política entre todos los Estados independientes del continente, unidad que serviría para apoyar las luchas independentistas que aun se daban en África. Incluso, Sékou Touré afirmaba que esta unidad contribuiría a mejorar el equilibrio mundial, ya que un África unida permitiría a los pueblos de la misma, poder cooperar, como era su deseo, para lograr un mundo más próspero, justo y humano.

Pero a fin de cuentas, por estas dudas, pugnas al interior de los Estados africanos, y aunado a factores económicos, políticos y sociales, esta unidad africana es una meta difícil de alcanzar, pero seguramente los líderes africanos lograran salvar estos obstáculos y se podrá realizar esta unidad, tal vez, de forma gradual, derribando fronteras, intereses y diferencias al interior del continente.

CONCLUSIÓN

Por lo antes expuesto, se observa que tanto la negritud, como la personalidad africana, el nacionalismo y el panafricanismo, son ideologías, movimientos que se complementan, que se influencian y ayudan entre sí.

Uno no puede actuar sin la ayuda, refuerzo, influencia, apoyo de las otras ya que como se mencionó al inicio de este trabajo, todas persiguen un fin común, que es el de la revalorización de la cultura negra,  de demostrar la grandeza del continente africano, acabar con la idea euro centrista de que este ha sido un continente a-histórico, estático, salvaje, atrasado, etc., y que por el contrario, la cultura negra, surgida de este continente, es la más antigua del mundo, y por lo tanto, con el mayor derecho de hacer aportes a la cultura universal, por ser África la cuna de la cuna de la humanidad y en donde se manifestaron las primeras grandes civilizaciones de las que de manera ya sea directa o indirecta, Europa y el mundo occidental en general, recibieron influencia al momento de conformar sus propias civilizaciones y manifestaciones culturales.


En fin, la negritud en su deseo de rescatar los valores y valía de la cultura negra en general, la personalidad africana al retomar esta idea pero aplicándola al ámbito netamente africano y el panafricanismo, retomando a su vez a las dos y basándose en sus ideales, busca fortalecerlos al darle a África, una unidad tanto política, como social, cultural y económica, que la refuerce e impida que de nueva cuenta vuelva a caer en manos de un colonialismo que la socave y subordine a un papel inferior que no merece.


¡ MARCUS I SELASSIE I JAH RASTAFARI !

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