JAHOVIAH JAH
RASTAFARI
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(ROMANOS 7)
Hermanos, ustedes conocen la ley y saben que la ley solamente
tiene poder sobre una persona
mientras esa persona vive. Por
ejemplo, una mujer casada está ligada por
ley a su esposo mientras éste vive; pero si el esposo muere, la mujer
queda libre de la ley que la ligaba a él. De modo que si ella se une a otro mientras
el esposo vive, comete adulterio, pero si el esposo muere, ella queda libre de
esa ley y puede unirse a
otro hombre sin
cometer adulterio.
Así también ustedes, hermanos míos, al unirse a Cristo han muerto
con él a la ley, para
quedar unidos a otro, es decir, a aquel que después de morir resucitó. De este modo,
podremos dar una cosecha agradable a Dios. Porque cuando vivíamos como pecadores la ley sirvió para despertar
en nuestro cuerpo los malos deseos y lo único que cosechamos fue la muerte. Pero ahora hemos muerto a la ley que nos tenía bajo su poder,
quedando así libres para servir a Dios en
la nueva vida del Espíritu y no bajo una ley ya antigua.
¿Vamos a decir por esto que la ley es pecado? ¡Claro que no!
Sin embargo, de no ser por la ley yo no hubiera sabido lo que es
el pecado. Jamás habría
sabido lo que es codiciar, si la ley no hubiera dicho: “No codicies”. Pero el pecado se aprovechó de esto
y valiéndose del propio mandamiento despertó en mí toda clase de
malos deseos. Pues mientras no hay ley, el pecado es cosa muerta. Hubo un
tiempo en que, sin la ley yo tenía
vida; pero cuando vino el mandamiento, cobró vida el pecado y yo morí. Así resultó
que aquel mandamiento que debía darme la vida, me llevó a la muerte, porque el pecado se aprovechó del mandamiento y
me engañó y con el mismo mandamiento me dio muerte.
En resumen, la ley en sí misma es santa y el mandamiento es santo,
justo y bueno.
Pero entonces, ¿esto que es bueno me llevó a la muerte? ¡Claro que
no!
Lo que pasa es que el pecado para demostrar que verdaderamente es
pecado me causó la muerte valiéndose de lo bueno. Y así por medio del mandamiento
quedó demostrado lo terriblemente malo que es el pecado.
Sabemos que la ley es espiritual, pero yo soy débil, vendido como
esclavo al pecado. No
entiendo el resultado
de mis acciones, pues no hago lo que quiero y en cambio aquello que odio es
precisamente lo que hago. Pero si
lo que hago es lo que no quiero hacer, reconozco con ello que la ley es buena. Así que ya no soy yo quien lo hace sino el pecado que está en mí. Porque yo sé que
en mí, es decir en mi naturaleza débil no reside el bien; pues aunque tengo el
deseo de hacer lo bueno
no soy capaz de hacerlo. No hago
lo bueno que quiero hacer, sino lo malo que no
quiero hacer. Ahora bien, si hago lo que no quiero hacer ya no soy yo quien lo
hace, sino
el pecado que está en mí.
Me doy cuenta de que, aun queriendo hacer el bien, solamente
encuentro el mal a mi alcance. En mi interior me
gusta la ley de Dios, pero
veo en mí algo que se opone a mi capacidad de razonar: es la ley del pecado que
está en mí y que me tiene preso. ¡Desdichado de mí! ¿Quién me librará del poder de la muerte
que está en mi cuerpo?
Solamente Dios, a quien doy gracias por medio de nuestro Señor
Jesucristo. En conclusión: yo entiendo que debo someterme a
la ley de Dios, pero en mi debilidad estoy sometido a
la ley del pecado.
(ROMANOS 8)
Así pues, ahora ya no hay ninguna condenación para los que están
unidos a Cristo Jesús, porque la ley del Espíritu que
da vida en Cristo Jesús te liberó de la ley del pecado y de la muerte.
Porque Dios ha hecho lo que la ley de Moisés no pudo hacer, pues
no era capaz de hacerlo debido a la debilidad humana: Dios envió a su
propio Hijo en condición débil como la del hombre pecador y
como sacrificio por el pecado, para de esta manera condenar al pecado en esa misma
condición débil. Lo hizo
para que nosotros podamos cumplir con las justas exigencias de la ley, pues ya no vivimos
según las inclinaciones de la naturaleza débil sino según el Espíritu.
Los que viven según las inclinaciones de la naturaleza débil, sólo
se preocupan por seguirlas; pero los que viven
conforme al Espíritu, se preocupan por las cosas del Espíritu. Y
preocuparse por
seguir las inclinaciones de la naturaleza débil lleva a la muerte; pero
preocuparse por las cosas del Espíritu lleva a la
vida y a la paz.
Los que se preocupan por seguir las inclinaciones de la naturaleza
débil son enemigos de Dios, porque ni quieren ni pueden
someterse a su ley. Por
eso, los que viven según las inclinaciones de la naturaleza
débil no pueden agradar a Dios.
Pero ustedes ya no viven según esas inclinaciones sino según el
Espíritu, puesto que el Espíritu de Dios vive en ustedes. El que no tiene el
Espíritu de Cristo, no es de Cristo. Pero si Cristo vive en ustedes, el espíritu vive porque Dios
los ha hecho justos, aun cuando el cuerpo esté destinado a la muerte por causa del pecado. Y si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús vive en ustedes, el
mismo que resucitó a Cristo dará nueva vida a sus cuerpos mortales por medio
del Espíritu de Dios que vive en ustedes.
Así pues hermanos, tenemos una obligación, pero no es la de vivir
según las inclinaciones de la
naturaleza débil. Porque
si viven ustedes conforme a tales inclinaciones, morirán; pero si por medio del
Espíritu hacen ustedes morir esas inclinaciones, vivirán.
Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, son hijos de
Dios. Pues ustedes no han recibido un espíritu de esclavitud
que los lleve otra vez a tener miedo sino el Espíritu que los hace Hijos de
Dios. Por este Espíritu nos dirigimos a Dios, diciendo: “¡Abbá! ¡Padre!” Y este
mismo Espíritu se une a nuestro espíritu
para dar testimonio de que ya somos Hijos de Dios. 1Y
puesto que somos sus Hijos, también tendremos parte en la herencia que Dios nos
ha prometido, la cual compartiremos con Cristo, puesto que sufrimos con él para
estar también con él en su gloria.
Considero que los sufrimientos del tiempo presente no son nada si
los comparamos con la gloria que habremos de ver después. La creación espera con gran impaciencia el momento en que se manifieste
claramente que somos Hijos de Dios. Porque la creación perdió su verdadera finalidad, no por su propia voluntad, sino
porque Dios así lo había dispuesto; pero le quedaba siempre la esperanza de ser
liberada de la esclavitud y la destrucción, para alcanzar la gloriosa libertad de los Hijos de Dios. Sabemos que hasta ahora la creación entera se queja y sufre como
una mujer con dolores de
parto. Y no sólo ella sufre sino también nosotros, que ya tenemos el
Espíritu como anticipo de lo que vamos a
recibir. Sufrimos profundamente, esperando el momento de ser
adoptados como Hijos de Dios, con lo cual serán liberados nuestros cuerpos. Con esa
esperanza hemos sido salvados. Sólo que esperar lo que ya se está viendo no es
esperanza, pues, ¿quién espera
lo que ya está viendo? Pero si
lo que esperamos es algo que todavía no vemos, tenemos que esperarlo
sufriendo con firmeza.
De igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad.
Porque no sabemos orar como es debido, pero el Espíritu mismo ruega a Dios por
nosotros, con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios
que examina los corazones sabe qué es lo que el Espíritu quiere decir, porque el Espíritu
ruega conforme a la voluntad de Dios por los del pueblo santo.
Sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes
lo aman a los cuales él ha llamado de acuerdo con su propósito. A los que de antemano Dios había conocido, los destinó desde un principio a ser
como su Hijo, para que su Hijo fuera el primero entre muchos hermanos. Y
a los que Dios destinó desde un principio, también
los llamó; y a los que llamó, los hizo justos; y a
los que hizo justos, les dio parte en su gloria.
¿Qué más podremos decir? ¡Que si Dios está a nuestro favor, nadie podrá
estar contra nosotros! Si Dios no nos negó ni a su
propio Hijo sino que lo entregó a la muerte por todos nosotros, ¿cómo no habrá de
darnos también, junto con su Hijo, todas las cosas? ¿Quién
podrá acusar a los que Dios ha escogido? Dios es quien los hace justos. ¿Quién
podrá condenarlos? Cristo Jesús es quien murió; todavía más, quien resucitó y
está a la derecha de Dios rogando por nosotros. ¿Quién
nos podrá separar del amor de Cristo? ¿El sufrimiento, o las dificultades, o la persecución, o el hambre, o la falta de
ropa, o el peligro, o la muerte violenta? Como dice la Escritura: “Por causa tuya estamos siempre expuestos a la muerte; nos tratan como a ovejas llevadas al matadero”. Pero
en todo esto salimos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Estoy convencido de que nada podrá
separarnos del amor de Dios: ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los
poderes y fuerzas espirituales, ni lo presente, ni lo futuro, ni lo más alto, ni lo más profundo, ni
ninguna otra de las cosas creadas por Dios. ¡Nada podrá
separarnos del amor que Dios nos ha mostrado en Cristo Jesús nuestro Señor!
SANTO EMMANUEL I SELASSIE I JAH RASTAFARI
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(MATEOS 5, 6, 7)
Al ver la multitud Jesús subió al monte y se sentó.
Sus discípulos se le acercaron y él tomó
la palabra y comenzó a enseñarles, diciendo:
“Dichosos los que tienen espíritu de pobres, porque de ellos es el reino de Sión.
Dichosos los que sufren,
porque serán consolados.
Dichosos los humildes,
porque heredarán la tierra
prometida.
Dichosos los que tienen hambre y sed
de justicia, porque
serán satisfechos.
Dichosos los compasivos,
porque Dios tendrá compasión de
ellos.
Dichosos los de corazón limpio,
porque verán a Dios.
Dichosos los que trabajan por la
paz, porque Dios los
llamará hijos suyos.
Dichosos los perseguidos por hacer
lo que es justo, porque
de ellos es el reino de Sión.
Dichosos ustedes, cuando la gente los insulte y los maltrate, y
cuando por causa mía los ataquen con toda clase de mentiras. Alégrense, estén contentos, porque van a recibir un gran premio en Sión; pues
así también persiguieron a los profetas que vivieron antes que ustedes”.
- Sal y luz del mundo
“Ustedes
son la sal de este mundo. Pero si la sal deja de estar salada, ¿cómo podrá
recobrar su sabor? Ya no sirve para nada, así que se la tira a la calle y la
gente la pisotea.
“Ustedes
son la luz de este mundo. Una ciudad en lo alto de un cerro no puede
esconderse. Ni se enciende una lámpara para ponerla bajo un cajón; antes bien, se la
pone en alto para que alumbre a todos los que están en la casa. Del mismo modo, procuren ustedes que su luz brille delante de la gente,
para que, viendo el bien que ustedes hacen, todos alaben a su Padre que está en
Sión”.
- Jesús enseña sobre la ley
“No
crean ustedes que yo he venido a suprimir la ley o los profetas; no he venido a
ponerles fin, sino a darles su
pleno valor. Pues les aseguro que mientras existan el cielo y la tierra, no se
le quitará a la ley ni
un punto ni una letra, hasta que todo llegue a su cumplimiento. Por eso, el que no obedece uno de los mandatos de la ley, aunque
sea el más pequeño, ni enseña a la gente a obedecerlo, será considerado el más
pequeño en el reino de Sión. Pero el que los obedece y enseña a otro a hacer lo mismo será
considerado grande en el reino de Sión.
“Porque
les digo a ustedes que si no superan a los maestros de la ley y a los fariseos
en hacer lo que es
justo ante Dios, nunca entrarán en el reino de Sión”.
- No Mataras
“Ustedes
han oído que a sus antepasados se les dijo: “No mates, pues el que mate será
condenado”. Pero yo les digo que cualquiera que se enoje con su hermano, será
condenado. Al que
insulte a su hermano lo juzgará la Junta Suprema; y el que injurie gravemente a
su hermano, se hará
merecedor del fuego del infierno. Así que, si al llevar tu ofrenda al altar te acuerdas de
que tu hermano tiene
algo contra ti, deja tu ofrenda allí mismo delante del altar
y ve primero a ponerte en
paz con tu hermano. Entonces podrás volver al altar y presentar tu ofrenda. Si
alguien te lleva a
juicio, ponte de acuerdo con él mientras todavía estés a tiempo para que no te entregue
al juez; porque si no el juez te entregará a los guardias y te meterán en la
cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que pagues el
último centavo”.
- Adulterio
“Ustedes
han oído que se dijo: “No cometas adulterio”. Pero yo
les digo que cualquiera que mira con deseo a una mujer ya
cometió adulterio con ella en su corazón. Así pues, si tu ojo derecho te hace caer en
pecado, sácatelo y échalo lejos de ti; es mejor que pierdas una sola parte de
tu cuerpo y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno. Y si tu mano derecha te hace caer en
pecado, córtatela
y échala lejos de ti; es mejor que pierdas una sola parte de tu cuerpo y no que
todo tu cuerpo vaya a parar al infierno”.
- Divorcio
“También
se dijo: “Cualquiera que se divorcia de su esposa, debe darle un certificado de
divorcio”. Pero yo les digo que si un hombre
se divorcia de su esposa a no ser en el caso de una unión ilegal, la pone en peligro de
cometer adulterio. Y el que se casa con una divorciada, comete adulterio”.
- Sobre jurar
“También
han oído ustedes que se dijo a los antepasados: “No dejes de cumplir lo que
hayas ofrecido al Señor bajo
juramento”. Pero yo les digo: simplemente, no juren. No juren por el cielo
porque es el
trono de Dios; ni por la tierra porque es el estrado de sus pies; ni por
Jerusalén porque es la ciudad
del gran Rey. Ni juren ustedes tampoco por su propia cabeza porque no pueden hacer blanco o negro
ni un solo cabello. Baste
con decir claramente “sí” o “no”. Pues lo que se aparta de esto, es malo”.
- Sobre la venganza y el trato con la gente
“Ustedes
han oído que se dijo: “Ojo por ojo y diente por diente.” Pero yo les digo: No resistas al que te haga algún mal; al
contrario, si alguien te pega en la mejilla derecha, ofrécele también la
otra. Si alguien
te demanda y te quiere quitar la camisa, déjale que se lleve también tu capa.
Si te obligan a llevar carga una milla, llévala
dos. A cualquiera que te pida algo, dáselo; y no le vuelvas la espalda al que te pida
prestado”.
“También han oído que se dijo: “Ama a tu prójimo y odia a tu
enemigo.” Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren
por quienes los persiguen. Así ustedes serán Hijos de su Padre que está en Sión; pues él hace
que su sol salga sobre malos y buenos y manda la lluvia sobre justos e
injustos. Porque
si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué premio recibirán? Hasta los
que cobran impuestos para Roma se portan así. Y
si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de
extraordinario? Hasta los paganos se portan así.
Sean ustedes perfectos, como su Padre que está en Sión que es perfecto”.
- Sobre la caridad
“No
hagan sus buenas obras delante de la gente sólo para que los demás los vean. Si
lo hacen así, su
Padre que está en Sión no les dará ningún premio.
Por eso, cuando ayudes a los necesitados, no lo publiques a los
cuatro vientos, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles para
que la gente hable bien de ellos. Les aseguro que con eso ya tienen su premio. Cuando tú ayudes a los necesitados, no se lo cuentes ni siquiera a tu amigo más
íntimo; hazlo en secreto. Y tu Padre, que ve lo que haces en secreto, te
dará tu premio”.
- Sobre la oración y el perdon
“Cuando
ustedes oren, no sean como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en
las sinagogas y en las esquinas de las plazas para que la gente los vea. Les
aseguro que con eso ya tienen su premio.
Pero tú cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a
tu Padre en secreto. Y tu Padre, que ve lo que haces en
secreto, te dará tu premio.
Y al orar no repitan ustedes palabras inútiles, como hacen los
paganos, que se imaginan que cuanto más hablen más caso les hará Dios. No sean como ellos, porque su Padre ya sabe lo que ustedes
necesitan, antes que se lo pidan. Ustedes deben orar así:
“Padre nuestro que estás en
Sión,
santificado sea tu nombre.
Venga tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra,
así como se hace en Sión.
Danos hoy el pan que necesitamos.
Perdónanos el mal que hemos hecho,
así como nosotros hemos perdonado
a los que nos han hecho mal.
No nos expongas a la tentación sino que líbranos del maligno”.
Porque si ustedes perdonan a otros el mal que les han hecho, su
Padre que está en Sión los perdonará también a ustedes; pero si no perdonan a otros, tampoco su Padre les perdonará a
ustedes sus
pecados”.
- Sobre el ayuno
“Cuando
ustedes ayunen, no pongan cara triste, como los hipócritas, que aparentan
tristeza para que la
gente vea que están ayunando. Les aseguro que con eso ya tienen su premio. Tú, cuando ayunes, lávate la cara y arréglate bien, para que la gente no note que estás ayunando. Solamente lo notará tu Padre, que
está en lo oculto y tu Padre que ve en lo oculto te dará tu recompensa”.
- Riquezas en la tierra y en Sión
“No
amontonen riquezas aquí en la tierra, donde la polilla destruye y las cosas se
echan a perder y donde los ladrones entran a robar. Más bien amontonen riquezas en Sión, donde la polilla no destruye
ni las cosas se echan a perder ni los ladrones entran a robar. Pues donde esté tu riqueza, allí
estará también tu corazón”.
- La lámpara del cuerpo (la visión de uno mismo)
“Los
ojos son la lámpara del cuerpo; así que, si tus ojos son buenos, todo tu cuerpo
tendrá luz, pero
si tus ojos son malos, todo tu cuerpo estará en oscuridad. Y si la luz que hay
en ti resulta ser oscuridad,
¡qué negra será la oscuridad misma!
- Servir sólo a Dios
“Nadie
puede servir a dos amos, porque odiará a uno y querrá al otro, o será fiel a
uno y despreciará al otro.
No se puede servir a Dios y las riquezas.
- Dios cuida a sus hijos
“Por lo
tanto, yo les digo: No se preocupen por lo que han de comer o beber para vivir,
ni por la ropa que necesitan para el cuerpo. ¿No vale la vida más que la comida
y el cuerpo más que la ropa?
Miren las aves que vuelan por el aire: no siembran ni cosechan ni
guardan la cosecha en graneros; sin embargo, el Padre de
ustedes que está en Sión les da de comer. ¡Y ustedes valen más que las aves! En todo caso, por mucho que uno se preocupe, ¿cómo podrá prolongar
su vida ni
siquiera una hora? ¿Y
por qué se preocupan ustedes por la ropa? Fíjense cómo crecen los
lirios del campo: no trabajan ni hilan. Sin embargo, les digo que ni siquiera el
rey Salomón con todo su lujo se vestía como uno de ellos. Pues si Dios viste así a la hierba que hoy está en el campo
y mañana se quema en el horno, ¡con mayor razón los vestirá a ustedes, gente
falta de fe!
Así que no se preocupen, preguntándose: “¿Qué vamos a comer?” o
“¿Qué vamos a beber?” o “¿Con qué vamos a
vestirnos?” Todas estas cosas son las que preocupan a los paganos, pero
ustedes tienen un Padre celestial que ya sabe que las necesitan. Por lo tanto, pongan toda su atención en el reino de Sión y
en hacer lo que es justo ante Dios y recibirán también todas estas cosas. No se
preocupen por el día de mañana, porque mañana habrá tiempo para preocuparse.
Cada día tiene bastante
con sus propios problemas”.
- No juzgar
“No juzguen a otros, para que Dios no los juzgue a ustedes. Pues Dios los juzgará a ustedes de la misma
manera que ustedes juzguen a otros; y con la misma medida con que ustedes den a
otros, Dios les dará a ustedes. ¿Por
qué te pones a mirar la astilla que tiene tu hermano en el ojo y no te fijas en
el tronco que tú tienes en el tuyo? Y si tú tienes un tronco en tu propio ojo, ¿cómo puedes decirle a tu hermano: “Déjame sacarte
la astilla que tienes en el ojo”? ¡Hipócrita!, saca primero el tronco de tu propio ojo, y así
podrás ver bien para sacar la astilla que tiene tu hermano en el suyo.
No den las cosas sagradas a los perros, no sea que se vuelvan contra
ustedes y los hagan pedazos. Y no echen sus perlas a los cerdos, no sea que las
pisoteen”.
- Pedir, buscar y llamar
“Pidan y
Dios les dará; busquen y encontrarán; llamen a la puerta y se les abrirá.
Porque el que pide, recibe; y el que busca, encuentra; y al que
llama a la puerta, se le abre.
¿Acaso alguno de ustedes sería capaz de darle a su hijo una piedra
cuando le pide pan? ¿O de darle una culebra cuando le pide un pescado? Pues si ustedes que son malos saben dar cosas buenas a sus hijos,
¡cuánto más su Padre que está en Sión dará cosas buenas a quienes se las pidan!
Así pues, hagan ustedes con
los demás como quieran que los demás hagan con ustedes; porque en eso se resumen la ley y
los profetas.
- La puerta angosta y el camino ancho
“Entren por
la puerta angosta. Porque la puerta y el camino que llevan a la perdición son
anchos y espaciosos y muchos entran por ellos; pero la
puerta y el camino que llevan a la vida son angostos y difíciles y pocos los
encuentran”.
- Los reconocerán por sus acciones
“Cuídense
de esos mentirosos que pretenden hablar de parte de Dios. Vienen a ustedes
disfrazados de ovejas,
pero por dentro son lobos feroces. Ustedes los pueden reconocer por sus acciones, pues no se cosechan uvas
de los espinos ni higos de los cardos. Así, todo árbol bueno da fruto bueno, pero el árbol malo da fruto
malo. El árbol bueno no puede dar fruto malo, ni el árbol malo dar fruto
bueno. Todo árbol que no da buen fruto, se corta y se echa al fuego. De modo que ustedes los reconocerán por sus acciones”.
- Para entrar en el reino de Sión
“No todos los que me dicen: “Señor, Señor”, entrarán en el reino
de Sión, sino solamente los que hacen la voluntad de mi
Padre celestial. Aquel
día muchos me dirán: “Señor, Señor, nosotros comunicamos
mensajes en tu nombre y en tu nombre expulsamos demonios y en tu nombre hicimos
muchos milagros”. Pero entonces les contestaré: “Nunca los conocí; ¡aléjense de
mí, malhechores!”
- La casa sobre roca
“Por
tanto, el que me oye y hace lo que yo digo, es como un hombre prudente que
construyó su casa sobre la roca. Vino la lluvia, crecieron los ríos y soplaron los vientos contra
la casa; pero no cayó, porque tenía su base sobre la roca.
Pero el que me oye y no hace lo que yo digo, es como un tonto que
construyó su casa sobre la
arena. Vino la lluvia, crecieron los ríos, soplaron los vientos y la casa
se vino abajo. ¡Fue un gran
desastre!”.
Cuando Jesús terminó de hablar, toda la gente estaba admirada de
cómo les enseñaba, porque
lo hacía con plena autoridad y no como sus maestros de la ley.
SANTO EMMANUEL I SELASSIE I JAH RASTAFARI
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No hay nadie en Sión o en
la tierra como tú:
Tú has vivido por Israel - Eso
quiere decir por mí, Mi Señor.
En tu amor
confío,
Buscaré tu
rostro,
Te rendiré
culto y te alabaré,
Maravillosa es
tu gracia.
Negus, confío
en ti,
Confío en ti
con toda mi alma!
Culpable,
perdido y débil,
Sólo tú podrás
recomponerme.
Negus, puedo confiar en ti,
confió en tu palabra escrita;
Y de tu anuncio de
misericordia porque he oído hablar de eso.
¡Cuando tu Espíritu enseña,
oh cuan dulce es!
Yo puedo escucharte mientras
estoy sentado a tus pies.
Negus, confío en ti, confío
en ti sin dudas;
“Quien quiera que venga,”
Tú has dicho “recibiré”:
La fidelidad es tu promesa,
preciosa es tu sangre de vida -
Eres la salvación de mi
alma, mi Dios Salvador!
SALVACIÓN DIOS JAH
RASTAFARI SELAH
SELASSIE I JAH RASTAFARI
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(ROMANOS 13)
Los mandamientos dicen: “No cometas adulterio, no mates, no robes, no codicies” pero estos y los demás mandamientos quedan comprendidos en estas palabras: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. El que tiene amor no hace mal al prójimo; así que en el amor se cumple perfectamente la ley.
JAHOVIAH JAH RASTAFARI
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¿Paz, Perfecta Paz, en este oscuro mundo de pecado?
La sangre de Negus nos susurra por dentro paz.
¿Paz, Perfecta Paz, estas atestado y colmado de deberes?
Has la voluntad de Negus, esto es el descanso.
¿Paz, Perfecta Paz, surgen dolores a tu alrededor?
En el seno de Negus sólo calma encontrarás.
¿Paz, Perfecta Paz, a quienes tu amas están lejos?
En Negus te mantendrás seguro, y ellos.
¿Paz, Perfecta Paz, todo nuestro futuro es desconocido?
Pero a Negus conocemos, y Él está en su Trono.
¿Paz, Perfecta Paz, la muerte nos hace sombra y a los nuestros?
Negus ha vencido a la muerte y a todo su poder.
Es suficiente: La lucha sobre la tierra pronto acabará,
Y Negus nos llamará a la Perfecta Paz de Sión.
SANTO EMMANUEL I SELASSIE I JAH RASTAFARI
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(JUAN
10)
Jesús volvió a decirles: “Esto les aseguro: Yo soy la puerta por donde
pasan las ovejas. Todos los que vinieron antes de mí, fueron unos ladrones
y unos bandidos; pero las ovejas no les hicieron caso. Yo soy la puerta: el que
por mí entre, se salvará. Será como una oveja que entra y sale y
encuentra pastos.
El ladrón viene solamente para robar, matar y destruir; pero yo he
venido para que tengan vida y para que la tengan en abundancia.
Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las
ovejas; pero el que trabaja solamente por la paga, cuando
ve venir al lobo deja las ovejas huye, porque no es el pastor y porque las
ovejas no son suyas. Y el lobo ataca a
las ovejas y las dispersa en todas direcciones. Ese hombre huye porque lo único que le
importa es la paga y no las ovejas.
Yo soy el buen pastor. Así como mi Padre me conoce a mí y yo conozco a
mi Padre, así también yo conozco a mis ovejas y
ellas me conocen a mí. Yo doy mi vida por las ovejas. También tengo otras ovejas que no son
de este corral; y también a ellas debo traerlas. Ellas me obedecerán y formarán
un solo rebaño, con un solo pastor.
El Padre me ama porque yo doy mi vida para volverla a
recibir. Nadie me quita la vida, sinoque yo la doy por mi
propia voluntad. Tengo el derecho de darla y de volver a recibirla. Esto es lo
que me ordenó mi
Padre.
Mis ovejas reconocen mi voz y yo las conozco y ellas me
siguen. Yo
les doy vida eterna y jamás perecerán ni nadie me las quitará. Lo que el Padre me ha dado es más grande que todo y nadie se
lo puede quitar. El Padre yYo somos uno solo”.
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(Revelación
1)
Cristo
nos ama y nos ha librado de nuestros pecados derramando su sangre y ha hecho de
nosotros un reino; nos ha hecho sacerdotes al servicio de su Dios y Padre. ¡Que
la gloria y el poder sean suyos para siempre! ¡Cristo viene en las nubes! Todos
lo verán, incluso los que lo traspasaron; y todos los pueblos del mundo harán
duelo por él. “Yo soy el alfa y la omega”, dice el Señor, el Dios todopoderoso,
el que es y era y ha de venir.
Yo,
Juan, soy hermano de ustedes y por mi unión con Jesús tengo parte con ustedes
en el reino de Dios, en los sufrimientos y en la fortaleza para soportarlos.
Por haber anunciado el mensaje de Dios confirmado por Jesús me encontraba yo en
la isla llamada Patmos. Y sucedió que en el día del Señor quedé bajo el poder
del Espíritu y oí detrás de mí una fuerte voz, como un toque de trompeta (…)
Me volví
para ver de quién era la voz que me hablaba y al hacerlo vi siete candelabros
de oro y en medio de los siete candelabros vi a alguien que parecía ser un hijo
de hombre vestido con una ropa que le llegaba hasta los pies y con un cinturón
de oro a la altura del pecho. Sus cabellos eran blancos como la lana o como la
nieve y sus ojos parecían llamas de fuego. Sus pies brillaban como bronce
pulido fundido en un horno y su voz era tan fuerte como el ruido de muchas
aguas. En su mano derecha tenía siete estrellas y de su boca salía
una aguda espada de dos filos. Su cara era como el sol cuando brilla en todo su
esplendor.
Al
verlo, caí a sus pies como muerto. Pero él, poniendo su mano derecha sobre mí
me dijo: “No tengas miedo; yo soy el primero y el último y el que vive. Estuve
muerto pero ahora vivo para siempre”.
JAHOVIAH JAH
RASTAFARI
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¿Estás
cansado, decaído, herido y con dolor? "¡Ven a mí!" me dijo,
"¡Ven a descansar!".
Él tiene señales para ser
reconocido. Él es mi guía y en sus pies y manos tiene marcada cicatrices y
también en su costado. Él tuvo una diadema como Monarca que su frente
adornó, una corona, con mucha seguridad, pero era de espinas. Si lo encuentras,
si lo sigues, habrás ganado mucho dolor, mucho trabajo, muchas
lágrimas. Si todavía te mantienes cerca de él finalmente vencerás el
dolor, terminaras el trabajo y pasaras el Jordán. Siempre serás recibido por Él
y si lo encuentras, si lo sigues, si lo guardas, si te
esfuerzas, seguramente te va a bendecir.
Santos, Apóstoles, Profetas, Mártires,
¡Responden - Sí!
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(Juan
14)
Jesús le contestó: “Felipe, hace tanto
tiempo que estoy con ustedes ¿y todavía no me
conoces?
El que me ha visto a mí, ha
visto al Padre; ¿por qué me pides que les deje ver al Padre? ¿No crees que yo
estoy en el Padre y el Padre está en mí? Las cosas que les digo, no
las digo por mi propia
cuenta.
El Padre, que vive en mí, es el que
hace sus propias obras.
Créanme que yo estoy en el Padre y el
Padre está en mí; si no, crean al menos por las obras
mismas. Les aseguro que el que cree en mí hará también las
obras que yo hago y hará otras todavía más grandes, porque yo voy a donde está
el Padre. Y todo lo que ustedes pidan en mi nombre yo lo haré, para que por el
Hijo se muestre la gloria del Padre. Yo haré cualquier cosa que en mi nombre
ustedes me pidan.
Si ustedes me aman, obedecerán mis
mandamientos.
Y yo le pediré al Padre que les mande
otro confortador, el Espíritu de la verdad, para que esté siempre con ustedes.
Los que son del mundo no lo pueden recibir, porque no lo ven ni lo
conocen; pero ustedes lo conocen porque él permanece con ustedes y estará
en ustedes.
JAHOVIAH JAH
RASTAFARI
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No te rindas a la tentación, porque
rendirte es pecado; cada victoria te ayudará a ganar otra; lucha
varonilmente, domina toda pasión oscura; mira siempre a Negus, Él te
acompaña… Pide al Salvador ayuda, confort, fortaleza y que te cuide;
Él está deseoso de ayudarte, Él te acompaña.
Huye de malos compañeros, no aprecies
malas palabras, sostén el Nombre de Dios en reverencia, no lo tomes en
vano; se pensativo y se serio, bueno y verdadero; mira siempre a Negus, Él
te acompaña… Pide al Salvador ayuda, confort, fortaleza y que
te cuide; Él está deseoso de ayudarte, Él te acompaña.
A aquel que esto supere Dios dará una
corona; por la fe la conquistamos y aunque a veces caigamos, Él, quién es
nuestro Salvador, renovará toda nuestra fuerza; mira siempre a Negus, Él te
acompaña. Pide al Salvador ayuda, confort, fortaleza y que te cuide;
Él está deseoso de ayudarte, Él te acompaña.
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(HEBREOS
12)
Procuren estar en paz con todos y
llevar una vida santa; pues sin la santidad, nadie podrá ver al Señor. Procuren
que a nadie le falte la gracia de Dios, a fin de que ninguno sea como una
planta de raíz amarga que hace daño y envenena a la gente. Que
ninguno de ustedes se entregue a la prostitución ni desprecie lo sagrado (…)
Ustedes (…) se han acercado al Monte Sión y a la ciudad del Dios
viviente, la Jerusalén celestial, y a muchos miles de ángeles reunidos
para alabar a Dios y a la comunidad de los primeros hijos de Dios inscritos en
Sión. Se han acercado a Dios, el Juez de todos, a los espíritus de los
hombres buenos que Dios ha hecho perfectos, a Jesús, mediador de una nueva
alianza y a la sangre con que hemos sido purificados (…) El reino que Dios
nos da no puede ser movido. Demos gracias por esto y adoremos a Dios con
la devoción y reverencia que le agradan.
JAHOVIAH JAH
RASTAFARI
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(1
JUAN 4)
Queridos
hermanos, debemos amarnos unos a otros, porque el amor viene de Dios. Todo el
que ama es hijo de Dios y conoce a Dios. El que no ama no ha conocido a Dios,
porque Dios es amor. Dios mostró su amor hacia nosotros al enviar a su Hijo
único al mundo para que tengamos vida por él. El amor consiste en esto: no en
que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y envió a
su Hijo, para que, ofreciéndose en sacrificio, nuestros pecados quedaran
perdonados.
Queridos
hermanos, si Dios nos ha amado así, nosotros también debemos amarnos unos a
otros. A Dios nunca lo ha visto nadie; pero si nos amamos unos a otros, Dios
vive en nosotros y su amor se hace realidad en nosotros. La prueba de que
nosotros vivimos en Dios y de que él vive en nosotros, es que nos ha dado su
Espíritu. Y nosotros mismos hemos visto y declaramos que el Padre envió a su
Hijo para salvar al mundo. Cualquiera que reconoce que Jesús es el Hijo de
Dios, vive en Dios y Dios en él.
Así
hemos llegado a saber y creer que Dios nos ama. Dios es amor y el que vive en
el amor vive en Dios y Dios en él. De esta manera se hace realidad el amor en
nosotros para que en el día del juicio tengamos confianza; porque nosotros
somos en este mundo tal como es Jesucristo. Donde hay amor no hay miedo. Al
contrario, el amor perfecto echa fuera el miedo, pues el miedo supone el
castigo. Por eso, si alguien tiene miedo, es que no ha llegado a amar
perfectamente.
Nosotros
amamos porque él nos amó primero. Si alguno dice: “Yo amo a Dios”, y al mismo
tiempo odia a su hermano es un mentiroso. Pues si uno no ama a su hermano, a
quien ve, tampoco puede amar a Dios, a quien no ve. Jesucristo nos ha dado este
mandamiento: que el que ama a Dios ame también a su
hermano.
JAHOVIAH JAH
RASTAFARI
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Negus nos llama desde el tumulto del
mar salvaje inquieto de nuestra vida; día a día su voz dulce suena diciendo,
“Israel, sígueme!”… Negus nos llama del culto de la tienda dorada
del mundo vano, de cada ídolo él nos guarda diciendo, “Israel, ámame más!”… En
nuestras alegrías y en nuestros dolores, en días de trabajo y en horas de
comodidad, siempre él llama, hasta en la preocupación y en los placeres,
diciendo “Israel, ámame más que ellos!”… Negus nos llama por su misericordia!
Salvador, podemos oír tu llamado y damos nuestros corazones a la obediencia,
sirviéndote y
amándote lo mejor que podamos.
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(JUAN 14)
“No
los voy a dejar huérfanos; volveré para estar con ustedes. Dentro de poco, los
que son del mundo ya no me verán; pero ustedes me verán y vivirán porque yo
vivo. En aquel día, ustedes se darán cuenta de que yo estoy en mi Padre y
ustedes están en mí y yo en ustedes. El que recibe mis mandamientos y los
obedece demuestra que de veras me ama. Y mi Padre amará al que me ama y yo
también lo amaré y me mostraré a él.
El
que me ama hace caso de mi palabra y mi Padre lo amará y mi Padre y yo
vendremos a vivir con él. El que no me ama no hace caso de mis palabras. Las
palabras que ustedes están escuchando no son mías, sino del Padre, que me ha
enviado. Les estoy diciendo todo esto mientras estoy con ustedes; pero el
confortador, el Espíritu Santo que el Padre va a enviar en mi nombre, les
enseñará todas las cosas y les recordará todo lo que yo les he dicho”.
JAHOVIAH JAH
RASTAFARI
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“Hombre
de Sufrimientos”, Oh que nombre para el Hijo de Jah
que
vino al arruinado Israel a salvar ¡Aleluya! ¡Oh que Salvador!
Llevado
en deshonra y burlado rudo, en mi lugar condenado Él estuvo de pie;
selló
mi perdón con su sangre ¡Aleluya! ¡Oh que Salvador!
Culpables,
viles, y desvalidos nosotros; Perfecto Cordero de Dios fue Él;
"¡¿Completa
expiación!" pudo ser? ¡Aleluya! ¡Oh que Salvador!
Alzado
fue Él para vivir; "¡Es el final!" fue Su lamento;
Ahora
en Sión está exaltado en lo alto ¡Aleluya! ¡Oh que Salvador!
Cuando
Él venga, nuestro Rey glorioso, todos Sus rescatados a casa traerá,
entonces
nuevamente Su canción nosotros cantaremos: ¡Aleluya! ¡Oh que Salvador!
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(SALMO
99)
¡El Señor es Rey! ¡Él tiene su trono
sobre los querubines! Tiemblen las naciones y aun la tierra
entera.
El Señor es grande en el monte Sión; el
Señor está por encima de todos los
pueblos.
Sea alabado su nombre, grande y
terrible; ¡Dios es santo!
Tú eres un Rey poderoso que ama la
justicia; tú mismo estableciste la igualdad. Has tratado a los hijos de
Jacob con justicia y rectitud. ¡Alaben al Señor nuestro Dios y
arrodíllense delante de sus pies! ¡Dios es santo!
Moisés y Aarón están entre sus
sacerdotes; Samuel está entre los que alabaron su
nombre.
El Señor les respondía cuando ellos
pedían su ayuda. Dios habló con ellos desde la columna de nube y ellos
cumplieron sus mandatos y la ley que les dio. Señor, Dios nuestro, ¡tú les
respondías! Fuiste para ellos un Dios de perdón, pero también corregiste sus
maldades. Alaben al Señor nuestro Dios ¡arrodíllense ante su santo monte!
¡Nuestro Dios, el Señor, es santo!
JAHOVIAH JAH
RASTAFARI
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¡Guíame, Oh Tú gran Jahoviah! Soy
peregrino sobre esta tierra estéril; Yo soy débil más Tú poderoso; sostenme con
tu mano poderosa, dame Pan de Sión de comer hasta que no quiera más.
Abre la fuente de cristal donde la
corriente de la sanación fluye y acompáñame a través de todo mi camino. Eres mi
libertador, eres Tú mi fortaleza y escudo. Y cuando llegue a la orilla del
Jordán te pediré que mi miedo y ansiedad se calme; quédate conmigo cuando suba
la corriente y llévame a salvo a la orilla de Sión.
Yo siempre te daré a ti, Mi Señor,
alabanzas sagradas y angelicales.
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(ROMANOS
14)
Reciban bien al que es débil en la fe y
no entren en discusiones con él. Por ejemplo, hay quienes piensan que pueden
comer de todo, mientras otros, que son débiles en la fe, comen solamente
verduras. Pues bien, el que come de todo no debe menospreciar al que no come
ciertas cosas; y el que no come ciertas cosas no debe criticar al que come de
todo, pues Dios lo ha aceptado. ¿Quién eres tú para criticar al servidor de
otro? Si queda bien o queda mal, es asunto de su propio amo. Pero quedará
bien, porque el Señor tiene poder para hacerlo quedar bien.
Otro caso: Hay
quienes dan más importancia a un día que a otro, y hay quienes creen que todos
los días son iguales. Cada uno debe estar convencido de lo que cree. El que
guarda cierto día para honrar al Señor lo guarda. Y el que come de todo, para
honrar al Señor lo come y da gracias a Dios; y el que no come ciertas cosas,
para honrar al Señor deja de comerlas y también da gracias a Dios.
¿Por qué, entonces, críticas a tu
hermano? ¿O tú, por qué lo desprecias? Todos tendremos que presentarnos delante
de Dios, para que él nos juzgue. Porque la Escritura dice: “Juro por mi vida,
dice el Señor, que ante mí todos doblarán la rodilla y todos alabarán a Dios”.
Así pues, cada uno de nosotros tendrá que dar cuenta de sí mismo a Dios. Por
eso, ya no debemos criticarnos unos a otros. Al contrario, propónganse ustedes
no hacer nada que sea causa de que su hermano tropiece, o que ponga en peligro
su fe.
Yo sé que no hay nada impuro en sí
mismo; como creyente en el Señor Jesús, estoy seguro de ello. Pero si alguno
piensa que una cosa es impura, será impura para él. Ahora bien, si por lo que
tú comes tu hermano se siente ofendido, tu conducta ya no es de amor. ¡Que tu
comida no sea causa de que se pierda aquel por quien Cristo murió! No den,
pues, lugar a que se hable mal de ese bien que ustedes tienen. Porque el Reino
de Dios no es cuestión de comer o beber determinadas cosas, sino de vivir en
justicia, paz y alegría por medio del Espíritu Santo. El que de esta manera
sirve a Cristo, agrada a Dios y es aprobado por los hombres. Por lo tanto,
busquemos todo lo que conduce a la paz y a la edificación mutua. No eches a
perder la obra de Dios por causa de la comida. En realidad, todos los alimentos
son limpios; lo malo es comer algo que haga perder la fe a otros.
Es mejor no comer carne, ni beber vino,
ni hacer nada que sea causa de que tu hermano tropiece. La fe que tienes, debes
tenerla tú mismo delante de Dios. ¡Dichoso aquel que usa de su libertad sin
cargos de conciencia! Pero el que no está seguro de si debe o no comer algo, al
comerlo se hace culpable, porque no lo come con la convicción que da la fe; y
todo lo que no se hace con la convicción que da la fe, es pecado.
JAHOVIAH JAH
RASTAFARI
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¡Santo, Santo, Santo, Señor Dios
Omnipotente! Temprano en la mañana nuestra canción subirá ante
ti! Santo, Santo, Santo, misericordioso y poderoso. ¡Dios en tres
personas, Bendita Trinidad!
¡Santo, Santo, Santo! Todos los santos
te adoran y tiran sus diademas reales ante ti, los querubines y los
serafines se inclinan ante ti! Tu qué eras y que eres y qué serás por siempre
más!
¡Santo, Santo, Santo! Aunque la
oscuridad se quiera esconder de ti y aunque los ojos del hombre pecador tu
gloria no la pueda ver, sólo Tú eres Santo; no hay ninguno como Tú, Perfecto en
Poder, en Amor, en Pureza!
¡Santo, Santo, Santo, Señor Dios
Omnipotente! Todos los que trabajan alaban tu nombre sobre cielo, tierra y mar!
Santo, Santo, Santo, misericordioso y poderoso. ¡Dios en tres personas, Bendita
Trinidad!
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(SANTIAGO
3)
Si entre ustedes hay alguno sabio y
entendido que lo demuestre con su buena conducta, con la humildad que su
sabiduría le da. Pero si ustedes dejan que la envidia les amargue el
corazón y hacen las cosas por rivalidad, entonces no tienen de qué
enorgullecerse y están faltando a la verdad. Porque esta sabiduría no es la que
viene de Dios sino que es sabiduría de este mundo, de la mente humana y del
diablo mismo.
Donde hay envidias y rivalidades hay
también desorden y toda clase de maldad; pero los que tienen la sabiduría que
viene de Dios llevan ante todo una vida pura y además son pacíficos, bondadosos
y dóciles. Son también compasivos, imparciales y sinceros y hacen el bien. Y
los que procuran la paz siembran en paz para recoger como fruto la justicia.
JAHOVIAH JAH
RASTAFARI
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Tres en Uno y Uno en Tres, regidor
sobre cielo, tierra y mar. Oye como nosotros alzamos ante ti cantos sagrados y
salmos. ¡Luz de las Luces! Con el brillo de la mañana has brillar en nosotros
tu luz divina; Y deja a la caridad benigna respirar en nosotros su
bálsamo. ¡Luz de las Luces! Cuando se caiga la apacibilidad acércate para
perdonarnos el pecado; guárdanos en la paz de Sión, derrama una calma santa.
Tres en Uno y Uno en Tres, dulcemente aquí los santos te adoramos y te
acompañamos con melodías angelicales y con palmas.
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(SALMO
100)
¡Canten al Señor con alegría habitantes
de toda la tierra! Con alegría adoren al Señor; ¡con gritos de alegría vengan a
su presencia! Reconozcan que el Señor es Dios; él nos hizo y somos
suyos; ¡somos pueblo suyo y ovejas de su prado! Vengan a las puertas
y a los atrios de su templo con himnos de alabanza y gratitud. ¡Denle gracias,
bendigan su nombre! Porque el Señor es bueno; su amor es eterno y su fidelidad
no tiene fin.
JAHOVIAH JAH
RASTAFARI
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(Colosenses
3)
Por lo tanto ya que ustedes han sido
resucitados con Cristo, busquen las cosas de Sión, donde Cristo está sentado a
la derecha de Dios. Piensen en las cosas de Sión, no en las de la tierra. Pues
ustedes murieron y Dios les tiene reservado el vivir con Cristo. Cristo mismo
es la vida de ustedes. Cuando él aparezca ustedes también aparecerán con él
llenos de gloria.
Hagan, pues, morir todo lo que hay de
terrenal en ustedes: que nadie cometa inmoralidades sexuales, ni haga cosas
impuras, ni siga sus pasiones y malos deseos, ni se deje llevar por la avaricia
(que es una forma de idolatría). Por estas cosas viene el terrible castigo de
Dios sobre aquellos que no lo obedecen y en su vida pasada ustedes las hacían.
Pero ahora dejen todo eso: el enojo, la
pasión, la maldad, los insultos y las palabras indecentes. No se engañen los
unos a los otros, puesto que ya se han despojado de lo que antes eran y de las
cosas que antes hacían y se han revestido de la nueva naturaleza: la del nuevo
hombre que se va renovando a imagen de Dios, su Creador, para llegar a
conocerlo plenamente.
Ya no tiene importancia el ser griego o
judío, el estar circuncidado o no estarlo, el ser extranjero, inculto, esclavo
o libre, sino que Cristo es todo y está en todos.
Dios los ama a ustedes y los ha
escogido para que pertenezcan al Pueblo Santo. Revístanse de sentimientos de
compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia. Cuídense unos a otros y
perdónense si alguno tiene una queja contra otro. Así como el Señor los perdonó
perdonen también ustedes. Sobre todo revístanse de amor que es el lazo de la
perfecta unión. Y que la paz de Cristo reine en sus corazones porque con este
propósito los llamó Dios a formar un solo cuerpo.
Y sean agradecidos.
Que el mensaje de Cristo permanezca
siempre en ustedes con todas sus riquezas. Instrúyanse y corríjanse unos a
otros con toda sabiduría. Con corazón agradecido canten a Dios salmos, himnos y
cantos espirituales. Y todo lo que hagan o digan, háganlo en el nombre del
Señor Jesús, dando gracias a Dios el Padre por medio de él.
Esposas, sométanse a sus esposos, pues
este es su deber como creyentes en el Señor.
Esposos, amen a sus esposas y no las
traten con aspereza.
Hijos, obedezcan en todo a sus padres,
porque esto agrada al Señor.
Padres, no hagan enojar a sus hijos,
para que no se desanimen.
JAHOVIAH JAH
RASTAFARI
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Al Salvador ven sin tardar, que en su
palabra el camino mostró y entre nosotros hoy él está, tierno diciendo,
ven.
Cuan alegre será la
reunión, manos limpias puro el corazón... nos reuniremos ante el salvador, en
nuestro eterno hogar.
Los afligidos escúchenle, salte su
corazón, alégrense, sea él siempre nuestra elección, ¿que más esperas Israel?
Ven.
Piensa una vez más, él aquí está, sus
mandamientos a obedecer y ahora mismo oye su voz, oh amado hijo, ven.
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(Filipenses
4)
Alégrense siempre en el Señor. Repito:
¡Alégrense! Que todos los conozcan a ustedes como gente de bien (…) No se
aflijan por nada, sino preséntenselo todo a Dios en oración; pídanle y denle
gracias también. Así Dios les dará su paz, que es más grande de lo que el
hombre puede entender y esta paz cuidará sus corazones y sus pensamientos por
medio de Cristo Jesús. (…) Piensen en todo lo verdadero, en todo lo que es
digno de respeto, en todo lo recto, en todo lo puro, en todo lo
agradable, en todo lo que es bueno. Piensen en toda clase de virtudes, en todo
lo que merece alabanza (…) Háganlo así y el Dios de paz estará con ustedes.
JAHOVIAH JAH
RASTAFARI
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Un gran Salvador es Negus el Señor, un
gran Salvador para mí. Protege mi vida de todo mi temor, refugio me ofrece
aquí. Protege mi alma de todo mi temor, me libra de toda
ansiedad. Mis dudas quitó y yo sé que su amor feliz protección me dará.
Un gran Salvador es Negus el Señor, mi
horrendo pecado quitó. Me guarda y sostiene feliz en su amor, mi vida del
mal redimió. Protege mi alma de todo mi temor, me libra de toda
ansiedad. Mis dudas quitó y yo sé que su amor feliz protección me dará.
Raudales de gracia recibo de Él,
raudales de paz y virtud; Su Espíritu inunda del todo mi ser, de gozo, sin
par plenitud. Protege mi alma de todo mi temor, me libra de toda
ansiedad. Mis dudas quitó y yo sé que su amor feliz protección me dará.
Al ser transportado a la tierra feliz,
con gloria mi Dios a encontrar, Su amor infinito, su gracia sin
fin, mis labios habrán de alabar. Protege mi alma de todo mi temor, me libra de toda
ansiedad. Mis dudas quitó y yo sé que su amor feliz protección me dará.
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(GALATAS
5)
Es fácil ver lo que hacen quienes
siguen los malos deseos: cometen inmoralidades sexuales, hacen cosas impuras y
viciosas, adoran ídolos y practican la brujería. Mantienen odios, discordias y
celos. Se enojan fácilmente, causan rivalidades, divisiones y
partidismos. Son envidiosos, borrachos, glotones y otras cosas parecidas. Les
advierto a ustedes, como ya antes lo he hecho, que los que así se portan no
tendrán parte en el Reino de Dios. En cambio, lo que el Espíritu produce es
amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y
dominio sobre sí mismo.
JAHOVIAH JAH
RASTAFARI
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Yo oí la voz de Negus decir: “Ven a mí,
y descansa: Acuéstate, descansa tu cabeza en mi pecho”. Yo fui a Negus
como estaba, así de cansado y agotado y triste y encontré en Él un refugio para
descansar y estoy feliz (…)
Yo oí la voz de Negus decir: “Mira, yo
doy libremente El agua viviente - a los sedientos, inclínate y bebe
y vive”. Yo fui a Negus y bebí de este arroyo dador de
vida; mi sed se apagó, mi alma revivió y ahora yo vivo en
Él (…)
Yo oí la voz de Negus decir: “Yo soy la
Luz de este mundo de oscuridad. Mira hacia mí, cuando te levantes en la mañana
y todos tus días serán luminosos”. Yo fui a Negus y encontré en
Él mi Estrella, mi Sol; y en esta luz de vida yo
caminaré, hasta que mi viaje por los días sean hechos.
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(ROMANOS
12)
Dios nos ha dado diferentes dones según
lo que él quiso dar a cada uno.
Por lo tanto si Dios nos ha dado el don
de profecía, hablemos según la fe que tenemos; si nos ha dado el don de servir
a otros, hagámoslo bien.
El que haya recibido el don de enseñar
que se dedique a la enseñanza; el que haya recibido el don de animar a otros
que se dedique a animarlos. El que da, hágalo con sencillez; el que ocupa un
puesto de responsabilidad desempeñe su cargo con todo cuidado; el que ayuda a
los necesitados, hágalo con alegría.
Ámense unos a otros. Apéguense a lo
bueno. Esfuércense, no sean perezosos y sirvan al Señor con corazón ferviente.
Soporten con valor los sufrimientos; dejen todo a Dios en oración. Vivan en
armonía unos con otros.
Hasta donde dependa de ustedes hagan
cuanto puedan por vivir en paz con todos.
Queridos hermanos, no tomen venganza
ustedes mismos, sino dejen que sea Dios quien castigue; porque la Escritura
dice: “A mí me corresponde hacer justicia; yo pagaré, dice el Señor”. Y
también: “Si tu enemigo tiene hambre dale de comer; y si tiene sed dale de
beber; así harás que le arda la cara de vergüenza”. No te dejes vencer por el
mal. Al contrario, vence con el bien al mal.
JAHOVIAH JAH
RASTAFARI
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ALABA, mi alma, al
Rey de Sión;
A sus pies nos
postramos a rendir tributo;
Rescatados, sanados,
perdonados, corregidos, restaurados,
¿Quién de nosotros no
cantará Su alabanza?
¡Alábenlo! ¡Alábenlo!
¡Alábenlo al Rey eterno!
Alábenlo por su
gracia y favor
A nuestros padres en
desgracia;
Alábenlo, todavía el
mismo de siempre,
Lento en reprender y
veloz para bendecir:
¡Alábenlo! ¡Alábenlo!
¡Glorioso en Su
fidelidad!
Un Padre como Él que
nos cuida y nos protege;
Él conoce bien
nuestras debilidades;
De su mano
gentilmente nos lleva,
Nos rescata de todos
nuestros enemigos:
¡Alábenlo! ¡Alábenlo!
Ampliamente como
fluye Su misericordia.
Ángeles, ayúdennos a
que nosotros lo adoremos
¡Y lo miremos a Él
cara a cara!
¡El Sol y la Luna se
inclinan ante ti!
Gente de todo tiempo
y lugar:
¡Alábenlo! ¡Alábenlo!
¡Alaben con nosotros
al Dios de la gracia!
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(EFESIOS 6)
Y
ahora, hermanos, busquen su fuerza en el Señor, en su poder (...)
Protéjanse
con toda la armadura que Dios les ha dado para que puedan estar firmes contra
los engaños del mal. Porque no estamos luchando contra poderes humanos sino
contra malignas fuerzas espirituales (…) las cuales tienen mando, autoridad y
dominio sobre el mundo de tinieblas que nos rodea.
Por
eso, tomen toda la armadura que Dios les ha dado, para que puedan resistir en
el día malo y después de haberse preparado bien, mantenerse firmes.
Así
que manténganse firmes revestidos de la verdad y protegidos por la rectitud.
Estén siempre listos para salir a anunciar el mensaje de paz.
Sobre
todo, que su fe sea el escudo que los libre de las flechas encendidas del
maligno. Que la salvación sea el casco que proteja su cabeza y que la palabra
de Dios sea la espada que les da el Espíritu Santo.
No
dejen de orar: rueguen y pidan a Dios siempre guiados por el Espíritu.
Manténganse alerta sin desanimarse y oren por todo el Pueblo Santo.
JAHOVIAH
JAH RASTAFARI
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Oh
que compañerismo, oh que alegría divina, Apoyándome en los brazos siempre
vivientes; Oh que santidad, Oh que paz la mía, Apoyándome en los
brazos siempre vivientes. Apoyándome, apoyándome, seguro y afianzado de toda
alarma; Apoyándome, apoyándome, apoyándome en los brazos siempre vivientes.
Oh
cuan dulce caminar el camino del peregrino, Apoyándome en los brazos siempre
vivientes; Oh cuan brillante es el camino cada día, Apoyándome en los
brazos siempre vivientes. Apoyándome, apoyándome, seguro y afianzado de toda
alarma; Apoyándome, apoyándome, apoyándome en los brazos siempre vivientes.
¿A
que tendré terror? ¿A que tendré temor? Apoyándome en los brazos siempre
vivientes; Tengo paz bendita con Mi Señor a mi lado, Apoyándome en los
brazos siempre vivientes. Apoyándome, apoyándome, seguro y afianzado de toda
alarma; Apoyándome, apoyándome, apoyándome en los brazos siempre vivientes.
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(EFESIOS
5)
“Despierta, tú
que duermes;
Levántate de entre
los muertos y Cristo te alumbrará”.
Aprovechen bien este momento (...) no
actúen tontamente; procuren entender cuál es la voluntad del Señor (…) Llénense
del Espíritu Santo. Háblense unos a otros con salmos, himnos y cantos
espirituales y canten y alaben de todo corazón al Señor.
JAHOVIAH JAH
RASTAFARI
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(REVELACIÓN
21)
Vi la ciudad santa, la Nueva Jerusalén,
que bajaba de Sión, de la presencia de Dios. Y oí una fuerte voz que venía del
trono y que decía: “Aquí está el lugar donde Dios vive con los hombres. Vivirá
con ellos y ellos serán sus pueblos y Dios mismo estará con ellos como su Dios.
Secará todas las lágrimas de ellos y ya no habrá muerte, ni llanto, ni lamento,
ni dolor; porque todo lo que antes existía ha dejado de existir”.
El que estaba sentado en el trono dijo:
“Yo hago nuevas todas las cosas”. Y también dijo: “Escribe, porque estas
palabras son verdaderas y dignas de confianza”.
Después me dijo: “Ya está hecho. Yo soy el alfa y la omega, el principio
y el fin. Al que tenga sed le daré a beber del manantial del agua de la vida,
sin que le cueste nada. El que salga vencedor recibirá todo esto como herencia
y yo seré su Dios y él será mi hijo”.
JAHOVIAH JAH
RASTAFARI
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Hay una tierra feliz,
lejana, donde los santos en gloria se levantan radiantes, radiantes como el
día.
Oh cómo ellos cantan
dulcemente: "Valioso es nuestro Salvador Rey".
Fuerte dejen sus
alabanzas sonar, alaben, alaben a Farai.
Vengan a esta tierra
feliz, vengan, vengan de una vez; ¿por qué usted duda en llegar?
¿Por qué usted
todavía se retrasa? Oh nosotros estaremos felices cuando libres del
pecado y del dolor,
Señor, nosotros
viviremos con usted, bendito, bendito Farai.
Brillantes en esta
tierra feliz verán todos los ojos cuidados por la mano de nuestro Padre
que el
amor no puede morir. Oh entonces a la gloria correremos, será una corona y un
reino ganado.
Y radiante sobre el
sol, reinará, reinará Farai.
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(SALMO 24)
De
Jahoviah es la tierra y su plenitud, el mundo y los que en él habitan. Porque
él la fundó sobre los mares y la estableció sobre los ríos. “¿Quién subirá a la
montaña del Señor? ¿Quién estará en su lugar santo?” Solo aquel de manos
limpias y corazón puro, el que no ha elevado su alma a cosas vanas, ni jurado
con engaño. Él recibirá la bendición de JAHOVIAH y salvación del Dios de
justicia. Tal es la generación de los que buscan su rostro.
Alcen,
oh puertas, sus cabezas; álcense, oh puertas del Eterno; y entrará el Rey de
Gloria. “¿Quién es este Rey de Gloria?” El Señor, fuerte y valiente, el Señor,
poderoso en batalla. Alcen, oh puertas, sus cabezas; álcense, oh puertas del
Eterno; y entrará el Rey de Gloria. “¿Quién es él, el Rey de Gloria?” El
Señor de los Ejércitos, JAH es el Rey de Gloria.
JAHOVIAH
JAH RASTAFARI
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¡Pasea!
¡Pasea en majestad! Escucha! Todas las tribus te gritan "Hosanna";
cuando paseas por el camino te acompañan coros y salmos. ¡Pasea ¡Pasea en
majestad! En sencillo esplendor pasea para vivir; Oh Cristo
Negro, continuamente triunfas sobre la muerte y conquistas el
pecado. ¡Pasea! ¡Pasea en majestad! En sencillo esplendor pasea para
vivir; Oh Mi Señor, sólo tu puedes reinar y vivir por siempre
mas.
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(SALMO 1)
Feliz
el hombre que no sigue el consejo de los malvados ni va por el camino de los
pecadores ni hace causa común con los que se burlan de Dios, sino que pone su
amor en la ley del Señor y en ella medita noche y día.
Ese
hombre es como un árbol plantado a la orilla de un río que da su fruto a su
tiempo y jamás se marchitan sus hojas. ¡Todo lo que hace le sale bien!
Con
los malvados no pasa lo mismo pues son como paja que se lleva el viento. Por
eso los malvados caerán bajo el juicio de Dios y no tendrán parte en la
comunidad de los justos.
El
Señor cuida el camino de los justos, pero el camino de los malos lleva al
desastre.
JAHOVIAH
JAH RASTAFARI
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A
Negus Mi Santo Salvador colgaron sobre el madero y así él abrió un manantial
tanto para Israel como para mí. Su Sangre es ese manantial que otorga perdón y
limpia las faltas que fluyen en cualquier lugar.
Porque el León de Judea romperá cada cadena y nos dará la victoria una y
otra vez. Porque el León Conquistador romperá cada cadena y nos dará la
victoria una y otra vez.
Y cuando esté listo para irme de viaje Él me dará sus bendiciones, su amor en
mi corazón. Así que ahora estoy unido con la banda victoriosa que está
marchando a la gloria al comando de Negus (…)
y
aunque a mi alrededor pase la tormenta de la adversidad y la ola de la
destrucción rodee a mi alma, será en vano porque Mi Señor echará toda
tempestad. Mi esperanza es segura por medio de la sangre de la
vida (…)
Y
cuando con los redimidos, por Negus Mi Señor, de manantial en manantial seré
llevado caeré a los pies de Jah Rastafari y adoraré su misericordia y cantaré
Aleluya a Dios por siempre más.
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(MARCOS 10)
Llevaron
unos niños a Jesús para que los tocara; pero los discípulos comenzaron a
reprender a quienes los llevaban. Jesús, viendo esto se enojó y les dijo:
“Dejen que los niños vengan a mí y no se lo impidan, porque el Reino de Dios es
de quienes son como ellos”.
JAHOVIAH
JAH RASTAFARI
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Hoy él viene, hoy él viene para reunir
a sus joyas. A todas Sus joyas, sus joyas preciosas, sus amadas y suyas. Como
las estrellas de la mañana, adorna su brillantez, nosotros brillamos en nuestra
belleza, gemas luminosas para su corona.
Él las reúne, Él las reúne las gemas
para su reino; todas las puras, todas las luminosas, sus amadas y suyas. Como
las estrellas de la mañana, adorna su brillantez, nosotros brillamos en nuestra
belleza, gemas luminosas para su
corona.
Pequeños niños, quiénes aman a su
redentor son sus joyas, sus joyas preciosas, sus amadas
y suyas. Como las estrellas de la mañana, adorna su
brillantez, nosotros brillamos en nuestra belleza, gemas luminosas para su
corona.
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(ISAIAS
62)
Por
amor a ti, Sión, no me quedaré callado; por amor a ti, Jerusalén, no descansaré
hasta que tu victoria brille como el amanecer y tu salvación como una
antorcha encendida. Las naciones verán tu salvación, todos los reyes verán tu
gloria. Entonces tendrás un nombre nuevo que el Señor mismo te dará. Tú serás
una hermosa corona real en la mano del Señor tu Dios. No volverán a llamarte
“Abandonada”, ni a tu tierra le dirán “Destruida”, sino que tu nombre
será “Mi predilecta – (Hefzi-bá)”,
y el de tu tierra, “Esposa mía –
(Beulah)”.
Porque
tú eres la predilecta del Señor y él será como un esposo para tu tierra.
JAHOVIAH
JAH RASTAFARI
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Yo
he alcanzado la tierra del maíz y el vino y todas sus riquezas libremente son
mías; Aquí brilla sin oscuridad un día dichoso porque todas mis noches ya han
pasado.
Oh
la Tierra de Beulah, la dulce tierra de Beulah. Como en la montaña más alta yo
me levanto yo veo a lo lejos del otro lado del mar donde se preparan mansiones
para mí. Y veo la orilla brillante de gloria: ¡Mi Sión, mi hogar
para siempre!
Mi
Salvador viene y camina conmigo y una dulce comunión aquí nosotros tenemos; Él
me lleva gentilmente de su mano por las orillas de Sión.
Hay
un perfume dulce en la brisa que llevan desde siempre los árboles vernales y
las flores que nunca se marchitan crecen donde la corriente de la vida fluye
para siempre.
Allí
los céfiros parecen flotar para mí, son los sonidos dulces de las melodías de
Sión. Como ángeles una multitud con túnicas blancas se unen en la dulce canción
de redención.
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(SALMO 2)
¿Por
qué se alborotan los pueblos paganos? ¿Por qué hacen planes sin
sentido? Los reyes y gobernantes de la tierra se rebelan y juntos
conspiran contra el Señor y su Rey escogido. Y gritan: “¡Vamos a
quitarnos sus cadenas! ¡Vamos a librarnos de sus ataduras!” El Señor,
el que reina en Sión, se ríe de ellos; luego, enojado, los
asusta; lleno de furor les dice: “Ya he consagrado a mi
Rey sobre Sión, mi monte santo”.
Voy
a anunciar la decisión del Señor: él me ha dicho: “Tú eres mi
hijo; yo te he engendrado hoy. Pídeme que te dé las
naciones como herencia y hasta el último rincón del mundo en propiedad y yo te
los daré. Con cetro de hierro destrozarás a los reyes; ¡los harás
pedazos como a ollas de barro!”
Reyes
y gobernantes de la tierra, entiendan esto, ¡aprendan bien esta
lección! Adoren al Señor con alegría y reverencia; inclínense ante él con
temblor, no sea que se enoje y ustedes mueran en el
camino, pues su furor se enciende fácilmente.
¡Felices
los que buscan protección en él!
JAHOVIAH
JAH RASTAFARI
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(MATEO 28)
Pasado
el sábado, cuando al anochecer comenzaba el primer día de la semana, María
Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. De pronto hubo un fuerte
temblor de tierra porque un ángel del Señor bajó del cielo y acercándose al sepulcro,
quitó la piedra que lo tapaba y se sentó sobre ella. El ángel brillaba como un
relámpago y su ropa era blanca como la nieve. Al verlo los soldados temblaron
de miedo y quedaron como muertos. El ángel dijo a las mujeres: “No
tengan miedo. Yo sé que están buscando a Jesús, el que fue crucificado. No está
aquí sino que ha resucitado, como dijo. Vengan a ver el lugar donde lo
pusieron. Vayan pronto y digan a los discípulos: “Ha resucitado, y va a Galilea
para reunirlos de nuevo; allí lo verán”.
JAHOVIAH
JAH RASTAFARI
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Bajo
la tumba lo pusieron a Negus, mi Salvador! Negus esperó que el día venga, mi
Señor! De la tumba Él se levantó con un triunfo poderoso sobre
Sus enemigos; Él se levantó Vencedor del oscuro dominio y ahora vive para
siempre con sus santos para reinar: Él se levantó!... Él se levantó!...
¡Aleluya! El Cristo Negro se levantó!
Vanamente
ellos velaron Su cama, vanamente ellos sellaron al muerto. De la
tumba Él se levantó con un triunfo poderoso sobre Sus enemigos; Él se levantó
Vencedor del oscuro dominio y ahora vive para siempre con sus santos para
reinar: Él se levantó!... Él se levantó!... ¡Aleluya! El Cristo Negro se
levantó!
La
muerte no pudo mantener a su víctima porque Él rompió todas las barreras. De
la tumba Él se levantó con un triunfo poderoso sobre Sus enemigos; Él se
levantó Vencedor del oscuro dominio y ahora vive para siempre con sus santos
para reinar: Él se levantó!... Él se levantó!... ¡Aleluya! El Cristo Negro se
levantó!
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¿Quién es Él en aquel
establo quien a sus pies los pastores se postran para adorarlo?
¿Quién es Él quien
tiene un dolor profundo y está ayunando en el desierto?
¿Quién es Él a quién
la gente bendice por sus palabras de apacibilidad?
¿Quién es Él a quién
ellos traen a todos los enfermos y afligidos?
¿Quién es Él quién se
levanta y se lamenta en la tumba dónde Lázaro duerme?
¿Quién es Él quién
reúne a la multitud saludando con una fuerte canción triunfante?
¿A medianoche, quién
es Él orando en el oscuro Getsemaní?
¿Quién es Él en el
calvario muriendo en pesar y agonía?
¿Quién es Él quien se
levantó de la tumba viniendo para socorrer, para ayudar y salvar?
¿Quién es Él quien
desde Su Trono gobierna a todo el mundo?
¡Es
Farai, Oh que maravillosa gloria! ¡Es Farai, nuestro Rey de
Sión!
A
sus pies nosotros nos postramos humildemente para adorarlo!
¡¡¡Corónenlo
Señor de todo!!!
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(JUAN
3)
Había un fariseo llamado Nicodemo que
era un hombre importante entre los judíos. Este fue de noche a visitar a Jesús
y le dijo: “Maestro, sabemos que Dios te ha enviado a enseñarnos, porque nadie
podría hacer los milagros que tú haces, si Dios no estuviera con él”. Jesús le
dijo: “Te aseguro que el que no nace de nuevo, no puede ver el reino de Dios”.
Nicodemo le preguntó: “¿Y cómo puede uno nacer cuando ya es viejo? ¿Acaso podrá
entrar otra vez dentro de su madre, para volver a nacer?” Jesús le contestó:
“Te aseguro que el que no nace de agua y del Espíritu, no puede entrar en el
reino de Dios. Lo que nace de padres humanos, es humano; lo que nace del
Espíritu, es espíritu. No te extrañes de que te diga: “Todos tienen que nacer
de nuevo”.
JAHOVIAH JAH
RASTAFARI
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Un príncipe vino de noche a Negus
buscando el camino de vida y de luz. Negus respondiole con gran
sencillez, debéis nacer otra ves. Debéis nacer en él,
debéis nacer en él. De cierto, de cierto te vuelvo a decir, debéis nacer otra
ves. Atiende tú oh hombre al tono y voz solemne y divina
del Hijo de Dios y acata el mensaje sin vana altivez, debéis nacer
otra ves. Debéis nacer en él, debéis nacer en él. De cierto, de
cierto te vuelvo a decir, debéis nacer otra ves. Si el
santo reposo anheláis alcanzar y a Dios con los santos canciones alzar, si vida
eterna quisieras tener, debéis nacer otra ves. Debéis nacer en él,
debéis nacer en él. De cierto, de cierto te vuelvo a decir, debéis nacer otra
ves. Hay seres queridos que aguardan allí en la puerta
hermosa esperan por ti, escucha el mensaje, escúchalo pues, debéis nacer otra
ves. Debéis nacer en él, debéis nacer en él. De cierto, de cierto te
vuelvo a decir, debéis nacer otra ves.
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De
heladas cordilleras, de playas de coral,
de
etiópicas riberas, del mar meridional,
nos
llaman afligidas a darles libertad
naciones
sumergidas en densa oscuridad.
Nosotros,
alumbrados con celestial saber,
¿A
tantos desdichados dejaremos perecer?
A
todos pues llevemos gratuita Salvación.
A
Cristo enseñemos que obró la redención.
Llevada
por los vientos la historia del trono,
despiertan
sentimientos de amor al buen Negus,
preparen
corazones, enseñen su verdad,
en
todas las naciones según su voluntad.
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(JUAN
17)
Después de decir estas cosas, Jesús
miró a Sión y dijo:
“Padre la hora ha llegado: glorifica a
tu Hijo, para que también él te glorifique a ti. Pues tú has dado a tu Hijo
autoridad sobre todo hombre, para dar vida eterna a todos los que le diste. Y
la vida eterna consiste en que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a
Cristo Jesús, a quien tú enviaste.
Yo te he glorificado
aquí en el mundo, pues he terminado la obra que tú me confiaste. Ahora, pues, Padre,
dame en tu presencia la misma gloria que yo tenía contigo desde antes que
existiera el mundo.
A los que
escogiste del mundo para dármelos, les he hecho saber quién eres. Eran tuyos, y
tú me los diste, y han hecho caso de tu palabra. Ahora saben que todo lo que me
diste viene de ti; pues les he dado el mensaje que me diste y ellos lo han
aceptado. Se han dado cuenta de que en verdad he venido de ti y han creído que
tú me enviaste.
Yo te ruego por
ellos; no ruego por los que son del mundo, sino por los que me diste, porque
son tuyos. Todo lo que es mío es tuyo, y lo que es tuyo es mío; y mi gloria se
hace visible en ellos.
Yo no voy a
seguir en el mundo, pero ellos sí van a seguir en el mundo, mientras que yo me
voy para estar contigo. Padre santo, cuídalos con el poder de tu
nombre, el nombre que me has dado, para que estén completamente
unidos, como tú y yo.
Cuando yo estaba con ellos en
este mundo, los cuidaba y los protegía con el poder de tu nombre, el nombre que
me has dado. Y ninguno de ellos se perdió, sino aquel que ya estaba perdido,
para que se cumpliera lo que dice la Escritura.
Ahora voy a
donde tú estás; pero digo estas cosas mientras estoy en el mundo, para que
ellos se llenen de la misma perfecta alegría que yo tengo. Yo les he comunicado
tu palabra pero el mundo los odia porque ellos no son del mundo, como tampoco
yo soy del mundo. No te pido que los saques del mundo sino que los protejas del
mal. Así como yo no soy del mundo ellos tampoco son del mundo. Conságralos a ti
mismo por medio de la verdad; tu palabra es la verdad. Como me
enviaste a mí entre los que son del mundo también yo los envío a ellos entre
los que son del mundo. Y por causa de ellos me consagro a mí mismo
para que también ellos sean consagrados por medio de la verdad.
No te ruego
solamente por estos sino también por los que han de creer en mí al oír el
mensaje de ellos. Te pido que todos ellos estén unidos; que como tú, Padre,
estás en mí y yo en ti, también ellos estén en nosotros, para que el mundo crea
que tú me enviaste. Les he dado la misma gloria que tú me diste para que sean
una sola cosa, así como tú y yo somos una sola cosa: yo en ellos y tú en mí,
para que lleguen a ser perfectamente uno y que así el mundo pueda darse cuenta
de que tú me enviaste y que los amas como me amas a mí.
Padre, tú me los diste y quiero que
estén conmigo donde yo voy a estar, para que vean mi gloria, la gloria que me
has dado; porque me has amado desde antes que el mundo fuera hecho. Oh Padre
justo, los que son del mundo no te conocen; pero yo te conozco y estos también
saben que tú me enviaste. Les he dado a conocer quién eres y aún seguiré
haciéndolo para que el amor que me tienes esté en ellos y para que yo mismo
esté en ellos”.
JAHOVIAH JAH RASTAFARI
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¡Oh, mi Israel! ¡Vean esa señal
ondeando en Sión! Refuerzos que aparecen ahora, la victoria está cerca. “Sostengan
el fuerte que el Rey Emmanuel está viniendo” nos señala Negus; mientras
mandamos la respuesta a Sión, “Porque tu gracia necesitamos Mi Señor”.
¡Vean al poderoso ejército
adelantándose y vean caer a Satán; vean caer a los poderosos, vean como se les
irá el coraje! “Sostengan el fuerte que el Rey Emmanuel está
viniendo” nos señala Negus; mientras mandamos la respuesta a Sión, “Porque tu
gracia necesitamos Mi Señor”.
¡Vean el estandarte ondear de manera
gloriosa! ¡Oigan el sonido de la trompeta! En el nombre de nuestro líder
nosotros triunfamos sobre cada enemigo. “Sostengan el fuerte que el
Rey Emmanuel está viniendo” nos señala Negus; mientras mandamos la respuesta a
Sión, “Porque tu gracia necesitamos Mi Señor”.
Es feroz y larga la furia de la batalla
pero nuestra ayuda está cerca; ahí viene nuestro gran comandante. ¡Alegría, mi
Isarael, alegría! “Sostengan el fuerte que el Rey Emmanuel está
viniendo” nos señala Negus; mientras mandamos la respuesta a Sión, “Porque tu
gracia necesitamos Mi Señor”.
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CUANDO LAS MADRES DE
SALEM, A NEGUS SUS NIÑOS LLEVARON
LOS ESTRICTOS
DISCÍPULOS LES ORDENARON A ELLOS PARTIR.
PERO NEGUS VIO CUANDO
ELLOS SE IBAN, SONRIÓ CON DULZURA Y GENTILMENTE DIJO:
“NO SUFRAN PEQUEÑOS
NIÑOS QUE VIENEN A MI”.
“PORQUE YO LOS
RECIBIRÉ Y EN MI PECHO LOS COBIJARÉ” DIJO JAH
YO SERÉ EL PASTOR
PARA ESTOS CORDEROS, NO LOS AHUYENTEN
PORQUE, SI SUS
CORAZONES ME DAN, ESTARÁN CONMIGO EN GLORIA VIVIENDO:
“NO SUFRAN PEQUEÑOS
NIÑOS QUE VIENEN A MI”.
OH PRONTO PODRA EL
PAGANO, DE CADA TRIBU Y NACIÓN,
CUMPLIR LA BENDITA
PALABRA Y
RECHAZAR A TODOS LOS IDOLOS.
OH, BRILLA DESDE
ARRIBA SOBRE ELLOS Y MUESTRANOS UN DIOS DE AMOR
“ENSEÑEMOS A LOS
PEQUEÑOS NIÑOS VENIR A TI”.
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La
esperanza y aspiración del despertar Negro
“Nuestro deseo es por un lugar en el
mundo; no para perturbar la tranquilidad de otros hombres, sino que para
dejar de lado nuestra carga y descansar nuestra espalda cansada y para
alimentarnos en los valles del Nilo y cantar nuestras canciones y cantar
nuestros Himnos al Dios de Etiopía.
Sí, nosotros queremos descansar de
nuestra carga de siglos, descansar de la política, descansar para ser
totalmente libres y sin molestias (…) descansar de todo tipo de discriminación.
De la esclavitud hemos venido con
lágrimas y dolores y ahora los dejaremos a los pies de la civilización blanca
Americana”.
MARCUS I SELASSIE I JAH RASTAFARI
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Cántalas de nuevo sobre mí, palabras
maravillosas de vida; déjame ver más de su belleza, palabras maravillosas de
vida; palabras de vida y belleza, enséñame fe y deber: Palabras bonitas,
palabras maravillosas, palabras maravillosas de vida.
Cristo, el bendito, da a todos palabras
maravillosas de vida; Israel, enlístese al llamado amoroso, palabras
maravillosas de vida. Todo tan libremente nos es dado, cortejándonos a Sión:
Palabras bonitas, palabras maravillosas, palabras maravillosas de vida.
Dulcemente haga eco al llamado del
evangelio, palabras maravillosas de vida; oferta de perdón y paz para todos,
palabras maravillosas de vida. Negus, único Salvador, santificado para siempre.
Palabras bonitas, palabras maravillosas, palabras maravillosas de vida.
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Alguien entrara por
las puertas nacaradas, pronto, pronto;
degustara de las
glorias que allí aguardan: ¿Serás tú? ¿Seré yo?
Alguien transitará
por las calles de oro, hermosas visiones allí tendrá,
banquete en los
placeres hace mucho anunciados: ¿Serás tú? ¿Seré yo?
Alguien al fin dejará
su cruz, pronto, pronto;
lleno de fe,
aprobado, recibirá una corona: ¿Serás tú? ¿Seré yo?
Alguien al glorioso
rey verá, libre por siempre del dolor terrenal,
feliz con él por la
eternidad: ¿Serás tú? ¿Seré yo?
Alguien golpeará
cuando la puerta esté cerrada, pronto, pronto;
escuchará una voz
diciendo: “Yo no te conozco”: ¿Serás tú? ¿Seré yo?
Alguien llamará y no
será escuchado, vanamente se esforzara cuando la puerta este atrancada. Alguien
perderá la recompensa de los santos: ¿Serás tú? ¿Seré yo?
Alguien cantará la
canción triunfante, pronto, pronto;
participara en la
alabanza de la multitud comprada con sangre: ¿Serás tú? ¿Seré yo?
Alguien saludará en
la costa dorada, amados de la tierra que antes han ido,
seguros en la gloria
por siempre: ¿Serás tú? ¿Seré yo?
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(MATEO 11)
“Vengan
a mí todos ustedes que están cansados de sus trabajos y cargas y yo los haré
descansar. Acepten el yugo que les pongo y aprendan de mí que soy paciente y de
corazón humilde; así encontrarán descanso. Porque el yugo que les pongo y la
carga que les doy a llevar son ligeros”.
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Cuan
tiernamente nos está llamando, Negus a ti y a mí. Él nos espera con brazos
abiertos, llama a ti y a mí. Venid… venid… a mí, si estáis cansados
venid. Cuan tiernamente nos está llamando, Oh israelitas venid.
Porque
tenemos y está abogando, Negus por ti y por mí. Sus bendiciones está
derramando, siempre por ti y por mí. Venid… venid… a mí, si estáis
cansados venid. Cuan tiernamente nos está llamando, Oh israelitas venid.
El
tiempo vuela lograrlo conviene, Negus te llama a ti. Vienen los barcos y la
vida viene, vienen por ti y por mí. Venid… venid… a mí, si estáis
cansados venid. Cuan tiernamente nos está llamando, Oh israelitas venid.
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Has hallado en Negus tu buen salvador,
eres salvo por la sangre de Negus. Por la fe descansas en el
redentor, eres salvo por la sangre de Negus… Lávame, lávame, lávame,
lávame, en tu sangre Cordero de Dios. Y con manos limpias me presentaré ante tu
tribunal de luz.
Vives siempre al lado de tu salvador, eres
salvo por la sangre de Negus. Del pecado eres siempre vencedor,
eres salvo por la sangre de Negus... Lávame, lávame, lávame, lávame,
en tu sangre Cordero de Dios. Y con manos limpias me presentaré ante tu
tribunal de luz.
Cuando el viniere te encontraras, ya
lavado por la sangre de Negus. Para su venida preparado estas, ya
lavado por la sangre de Negus… Lávame, lávame, lávame, lávame, en tu
sangre Cordero de Dios. Y con manos limpias me presentaré ante tu tribunal de
luz.
Si
perdón y paz deseas Israel, tu refugio es la sangre de Negus. Si
librarte quieres de eternal dolor, oh acude a la sangre de Negus… Lávame,
lávame, lávame, lávame, en tu sangre Cordero de Dios. Y con manos limpias me
presentaré ante tu tribunal de luz.
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Otros
seis días de trabajo se han hecho, otro Sabbath está empezando;
Vuelve,
mi alma, a gozar de su descanso, Beneficiándose del día que Dios ha bendecido.
Vengan,
a bendecir al Señor, cuyo amor asigna así dulcemente, un descanso para las
mentes cansadas;
nos trae un anticipo de Sión y da en este día el alimento para siete.
Oh
que nuestros pensamientos y agradecimientos puedan levantarse como el incienso,
en agradeciendo a la tierra! Y bajará de Sión ese dulce descanso qué nadie,
pero el qué lo siente lo sabe.
Esa
calma celestial me llena el pecho, esa promesa querida de un descanso glorioso,
qué para la Iglesia de Dios significa el final de las preocupaciones, el final
de los dolores.
En
deber sagrado dejaremos este día, en placer santo lo dejaremos; Así al Sabbat
amamos nosotros pasarlo, en la esperanza de uno que nunca terminará.
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(1
Corintios 13 versos 4-13)
“Tener amor es saber soportar; es
ser bondadoso; es no tener envidia, ni ser presumido, ni orgulloso,
ni grosero, ni egoísta; es no enojarse ni guardar rencor; es no alegrarse
de las injusticias, sino de la verdad. Tener amor es sufrirlo todo,
creerlo todo, esperarlo todo, soportarlo todo. El amor jamás dejará de existir
... Cuando yo era niño, hablaba, pensaba y razonaba como un
niño; pero al hacerme hombre, dejé atrás lo que era propio de un niño ... Tres
cosas hay que son permanentes: la
fe, la
esperanza y el amor; pero la más importante de las tres es el amor”.
JAHOVIAH JAH
RASTAFARI
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Hay una tierra de
alegría pura donde reinan inmortales santos;
un día infinito
excluye la noche y los placeres envanecen el dolor.
Allí perdura
eterna la primavera y las flores que nunca marchitan;
la muerte cual
angosto mar, divide aquella tierra celestial de la nuestra.
Agradables campos
más allá de las crecientes aguas se visten de verde vivo;
como para los
Judíos la antigua Canaán fue, mientras fluía en medio el Jordán.
Más temerosos
mortales se asustan y retroceden a cruzar el angosto mar,
y se quedan
temblando en la orilla, temiendo lanzarse al agua.
Oh podremos
nuestras dudas quitar, aquellos oscuros pensamientos que se levantan, y
ver el Monte de Sión que amamos,
con ojos sin nieblas;
Podremos ascender
a donde Moisés estuvo y sobre el paisaje ver,
ni la corriente
del Jordán ni la fría inundación de la muerte nos asustará desde la orilla.
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Jerusalén,
mi hogar feliz, nombrarte siempre es querido para mi,
¿Cuándo
tendrán mis trabajos un fin? ¿Las alegrías cuándo las veré?
¿Cuándo
deberán estos ojos las paredes de Sión construidas y las verjas nacaradas
mirar?
¿Los
baluartes con salvación fuerte y las calles de oro brillante?
Apóstoles, mártires, profetas, allí,
alrededor del Salvador se levantan;
Y todos los amados en Cristo se
unen a la banda gloriosa.
Jerusalén,
mi hogar feliz, ¿Cuándo iré yo a ti?
¿Cuándo
tendrán mis trabajos un fin? ¿Las alegrías cuándo las veré?
Oh
Cristo, has preparar mi alma para ese brillante hogar de amor.
Así
yo podré verte y adorar junto a todos los santos.
Cuando la trompeta
suene en aquel día final,
Y que el alba eterna
rompa en claridad;
Cuando las naciones
salvas a su patria lleguen ya,
Y que sea pasada
lista, allí he de estar.
Cuando
allá se pase lista,
Cuando
allá se pase lista,
Cuando
allá se pase lista,
Cuando
allá se pase lista allí he de estar.
En aquel día sin
nieblas en que muerte ya no habrá
Y su gloria el
Salvador impartirá;
Cuando los llamados
entren a su Celestial Hogar,
Y que sea pasada
lista, allí he de estar.
Cuando
allá se pase lista,
Cuando
allá se pase lista,
Cuando
allá se pase lista,
Cuando
allá se pase lista allí he de estar.
Trabajemos por el
Maestro desde el alba al vislumbrar
Siempre hablemos de
Su amor y fiel bondad.
Cuando todo aquí
fenezca y nuestra obra cese ya
Y que sea pasada
lista, allí he de estar.
“Ven
a la Escuela Sabbathical,
Cada
Sabbath en la mañana ven a la Escuela,
Tráete
la Biblia y el Himnario,
Cada
Sabbath en la mañana ven a la Escuela”.
SELAH,
SELASSIE I JAH RASTAFARI
En
la brillante y dorada mañana cuando el Hijo del Hombre venga y el resplandor de
su gloria veamos; cuando desde cada clima y nación Jah llame a su gente a su
hogar – Oh que reunión de los redimidos esa será!
Qué
reunión! Qué reunión! Qué reunión de los redimidos en la soleada tierra de
amor! Qué reunión! Qué reunión! Qué reunión de los redimidos en ese hogar
feliz!
Cuando
el bendito quien descansa en Negus en Su turno se levante del silencio de la
tumba y del mar y con templos celestiales todos se re-encontraran con Él en la
tierra, Oh que reunión y regocijo habrá!
Cuando
nuestros ojos observen la ciudad, con sus “muchas mansiones” brillar y su río,
calmo y tranquilo, fluyendo libre. Cuando los amigos que han partido en gloria,
se unan otra vez, Oh que reunión y salutación habrá!
Oh,
el Rey seguramente está llegando y el tiempo se acerca, cuando el bendito día
de promesa veamos, entonces cambia “en un momento”, “en un abrir y cerrar de
ojos” y por siempre estaremos en su presencia”.
(SALMO
9)
“Oh
Señor, quiero alabarte con todo el corazón y contar tus muchas maravillas. Oh
Altísimo, por ti quiero gritar lleno de alegría; ¡quiero cantar himnos a tu
nombre!
Mis enemigos huyen delante de ti; caen
y mueren. Tú eres juez justo: te has sentado en tu trono, para hacerme
justicia. Has reprendido a los paganos, has destruido a los malvados, ¡has
borrado su recuerdo para siempre!
El enemigo ha muerto, y con él han
muerto sus ciudades; tú las destruiste, y no quedó de ellas ni el recuerdo.
Pero el Señor es Rey por siempre; ha
afirmado su trono para el juicio: juzgará al mundo con justicia, dictará a los
pueblos justa sentencia.
El Señor protege a los oprimidos; él
los protege en tiempos de angustia. Señor, los que te conocen, confían en ti,
pues nunca abandonas a quienes te buscan. Canten himnos al Señor, que reina en
Sión; anuncien a los pueblos lo que ha hecho.
Dios se acuerda de los afligidos y no
olvida sus lamentos; castiga a quienes les hacen violencia. Señor, ten
compasión de mí, mira cómo me afligen los que me odian, ¡sácame de las puertas
de la muerte! Y así, a las puertas de Jerusalén, diré a todo el mundo que
tú eres digno de alabanza y que yo soy feliz porque me has salvado.
Los paganos caen en su propia trampa;
sus pies quedan atrapados en la red que ellos mismos escondieron. El Señor se
ha dado a conocer: ¡ha hecho justicia!
El malvado queda preso en la trampa
tendida por él mismo. Los malvados y paganos, los que se olvidan de Dios,
acabarán en el reino de la muerte; pues no siempre serán olvidados los pobres,
ni para siempre se perderá su esperanza.
Levántate, Señor; no consientas la
altanería del hombre; ¡juzga a los paganos en tu presencia! Hazles sentir
temor, Señor; ¡hazles saber que no son más que hombres!”
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¡Oh, qué amigo nos es Negus!
El sintió nuestra aflicción
Y nos manda que llevemos
Todo a Dios en oración.
¿Vive el hombre desprovisto
De consuelo y protección?
Es porque no tiene dicho
Todo a Dios en oración.
¿Vives débil y cargado
De temor y tentación?
A Negus, tu amigo eterno,
Cuenta todo en oración.
¿Te desprecian tus amigos?
Dilo a él en oración:
En sus brazos cariñosos
Paz tendrá tu corazón.
Cristo Negro es nuestro amigo;
De esto pruebas mil mostró
Al sufrir el cruel castigo
Que el culpable mereció.
Y su pueblo redimido
Hallará seguridad
Fiando en este amigo eterno
Y esperando en su bondad.
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¡Suenan las campanas
de Sión! Hay alegría hoy,
¡Porque un alma,
retorna de la selva!
Vea, el Padre lo
encontró en el camino,
Le dio la bienvenida
a Su errante niño cansado.
¡Gloria!
¡Gloria! Como cantan los ángeles:
¡Gloria!
¡Gloria! ¡Cuán fuertes suenan las arpas!
Este
el ejército redimido, como un poderoso mar,
Haciendo
sonar el himno de los librados.
¡Suenan las campanas
de Sión! Hay alegría hoy,
Porque el errante
ahora esta reconciliado;
Sí, un alma es
rescatada de su camino pecador,
Y nace otra vez como
un niño redimido.
¡Gloria!
¡Gloria! Como cantan los ángeles:
¡Gloria!
¡Gloria! ¡Cuán fuertes suenan las arpas!
Este
el ejército redimido, como un poderoso mar,
Haciendo
sonar el himno de los librados.
¡Suenan las campanas
de Sión! ¡Se propaga la fiesta hoy!
¡Ángeles, rebosan en
triunfante alegría!
¡Dicen las noticias
alegres, extendiéndolas!
Porque un alma
preciosa nace otra vez.
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En cada nueva mañana está el amor
Nuestro despertar y al levantarnos se demuestra;
Por entre el sueño y oscuridad seguramente vendrá,
Restaurando la vida y poder y pensamiento.
Nuevas misericordias, cada día vuelven,
Cubriéndonos mientras oramos;
Nuevos peligros pasan, nuevos pecados perdonados,
Nuevos pensamientos de Dios, nuevas esperanzas de
Sión.
Si, en nuestro curso diario, nuestra mente
Se consagra a todo lo que encontramos,
Nuevos tesoros todavía, de precios innumerables,
Dios proveerá por sacrificio.
La ronda trivial, la tarea común,
Nos proveerá de todo lo que hemos de preguntar;
Nos será negado un espacio, un camino
Nos traerá diariamente cerca de Dios.
Sólo, Oh Señor, Tu querido amor,
Nos ajustará para un perfecto descanso,
Y ayúdanos, este y todos los días,
Para vivir más cerca a como oramos.
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Todas
las mañanas el rojo caliente y brillante sol se levanta,
Pero
luego se termina y llega la oscura y fría noche.
Aunque hay una tierra hermosa muy lejana
Donde el sol nunca deja de brillar.
Cada primavera las dulces y jóvenes flores se
abren frescas y alegres,
Pero después el frio y el otoño llega y todo
termina.
Aunque hay una
tierra muy lejana donde los arboles
Siempre están verdes.
Pequeños pajaritos cantan canciones de
alabanzas durante el largo verano,
Pero luego llegan los cortos y fríos días y
ellos olvidan sus canciones.
Aunque hay un lugar donde los ángeles cantan
Incesantes alabanzas a nuestro rey.
Cristo nuestro Señor está siempre cerca, para todos aquellos que lo siguen,
Pero aquí no lo podemos ver porque nuestros
ojos están vendados.
Aunque hay un feliz y glorioso lugar
Donde el Pueblo de Jah ve su rostro.
¿Quién ira a ese bello lugar? Todos aquellos que aman el bien,
Santos niños se levantaran en sus túnicas
blancas,
Porque el Monte de Sión es tan brillante y
bendito
Y será nuestro viviente eterno hogar.
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El día se muere
en el oeste;
Sión está tocando la
tierra con su descanso;
Espero y adoro
mientras la noche
Las lámparas de la tarde
encienden
A través de toda la
tierra.
¡Santo,
santo, santo, Señor Dios de los Ejércitos!
¡Sión
y la tierra están llenas de Ti! Sión y la tierra están alabándote,
¡Oh
Señor Más Alto!
Señor de la vida,
bajo la cúpula
Del universo, tu
hogar,
Recógenos a quiénes
buscamos Tu rostro
Para plegarnos en tu
abrazo,
Porque tu estas
cerca.
¡Santo,
santo, santo, Señor Dios de los Ejércitos!
¡Sión
y la tierra están llenas de Ti! Sión y la tierra están alabándote,
¡Oh
Señor Más Alto!
Mientras la intensa
oscuridad cae,
El Corazón de amor
nos envuelve a todos,
A través de la gloria
y la gracia
De las estrellas que
velan Tu rostro,
Nuestros corazones se
alzan.
¡Santo,
santo, santo, Señor Dios de los Ejércitos!
¡Sión
y la tierra están llenas de Ti! Sión y la tierra están alabándote,
¡Oh
Señor Más Alto!
Cuando para siempre a
nuestra vista
Pasen las estrellas,
el día, la noche,
Señor de los ángeles,
en nuestros ojos
Deje subir
eternamente la mañana
Y se acabe la
oscuridad.
SANTO EMMANUEL
I SELASSIE I JAH RASTAFARI
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Cuando sobre las olas
de la vida, a usted la tempestad lo esté sacudiendo,
Cuando esté
descorazonado y piensa que todo está perdido,
Cuente sus muchas bendiciones,
nómbrelas una por una,
Y le sorprenderá lo
que el Señor ha hecho.
Cuente
sus bendiciones, nómbrelas una por una;
Cuente
sus bendiciones, vea lo que Dios ha hecho;
Cuente
sus bendiciones, nómbrelas una por una,
Y
le sorprenderá lo que el Señor ha hecho.
¿Estas agobiado,
siempre con una carga de preocupación?
¿Parece una cruz
pesada, la que usted fue llamada a llevar?
Cuente sus muchas
bendiciones, cada duda volará,
Y tú estarás
cantando, así como los días pasan.
Cuando tú miras a
otros con sus tierras y oros,
Piensa que Cristo te
ha prometido Su riqueza incalculable.
Cuente sus muchas
bendiciones, que el dinero no puede comprar,
Tu premio
en Sión, y a tu Señor en las alturas.
Así que en
medio del conflicto, sea grande o pequeño,
No estés
descorazonado, Dios está por sobre todo;
Cuente sus muchas
bendiciones, los ángeles acompañaran,
Ayuda y confort te
darán al final de la jornada.
SANTO EMMANUEL I SELASSIE I JAH RASTAFARI
*************************************************************************************
Hay una tierra que es
más hermosa que el día,
Y por la fe podemos
verla;
Es el Padre el que
espera encontrarnos
Para prepararnos un
lugar para morar allí.
En
la dulzura. Pronto, pronto,
Nos
encontraremos en esa hermosa orilla;
En
la dulzura. Pronto, pronto,
Nos
encontraremos en esa hermosa orilla.
Cantaremos en esa
hermosa orilla
Las canciones
melódicas de las bendiciones,
Y nuestros espíritus
no se afligirán nunca más
Ni se lamentarán
porque descansaremos en las bendiciones.
A nuestro Padre
generoso
Ofreceremos nuestro
tributo de alabanzas
Por el glorioso
regalo de Su amor;
Y las bendiciones que
santificaran nuestros días.
SANTO EMMANUEL I SELASSIE I JAH RASTAFARI
*************************************************************************************
Cristo
está buscando obreros hoy
Que
quieran ir con él.
¿Quién
dirá: "Señor contigo voy,
Yo
quiero serte fiel?"
¡Oh
Señor, es mucha la labor,
Y
obreros faltan ya;
Danos
luz, ardiente fe y valor,
Y
obreros siempre habrá!
Cristo
quiere mensajeros hoy,
Que
anuncien su verdad;
¿Quién
dirá: "Señor, yo listo estoy,
Haré
tu voluntad?"
Hay
lugar si quieres trabajar,
De
Cristo en la labor;
Puedes
de su gloria al mundo hablar,
De
su bondad y amor.
¿Vives
ya salvado por Negus,
Su
amor conoces ya?
¡Habla,
pues, anuncia que en la luz
De
Cristo vives ya!
SAGRADO EMMANUEL I
SELASSIE I JAH RASTAFARI
*************************************************************************************
Levántense por Negus, soldados del trono,
Alcen el estandarte, nunca debe caer.
De victoria en victoria Jah nos va a guiar,
Conquistando enemigos con Negus el Señor.
Levántense por Negus, soldados del trono,
Alcen el estandarte, nunca debe caer.
Levántense por Negus, el llamado atiendan,
Adelante hay conflicto, glorioso el día es.
Tú que eres hombre lucha con los adversarios,
Levantando el coraje, con fuerza a oponerse.
Levántense por Negus, soldados del trono,
Alcen el estandarte, nunca debe caer.
Levántense por Negus, con la fuerza de Jah,
La carne va a fallarte, no confíes en ella.
Ponte las armaduras, orando y velando,
Donde llama el peligro nada nos va a faltar.
Levántense por Negus, soldados del trono,
Alcen el estandarte, nunca debe caer.
Levántense por Negus, pronto terminará,
Hay ruido de batalla, luego la victoria.
Y al que sea vencedor corona va a tener,
Él con el rey de gloria por siempre va a reinar.
Levántense por Negus, soldados del trono,
Alcen el estandarte, nunca debe caer.
SANTO EMMANUEL I SELASSIE I JAH RASTAFARI
*************************************************************************************
TOMA TIEMPO SER
SANTO, HABLA CON DIOS,
VIVE CON ÉL,
ALIMENTATE CON SU PALABRA.
SE AMIGO DE LOS NIÑOS
DE DIOS, AYUDA A LOS DEBILES:
NUNCA TE OLVIDES DE
BUSCAR SU BENDICIÓN.
TOMA TIEMPO SER
SANTO, EL MUNDO VA DE PRISA,
PASA TIEMPO EN
SECRETO A SOLAS CON NEGUS.
POR VER A NEGUS COMO
ÉL TÚ SERÁS;
LOS OTROS EN TU
CONDUCTA LA SEMEJANZA VERAN.
TOMA TIEMPO SER
SANTO, DEJA QUE DIOS SEA TU GUIA:
NO CORRAS A ÉL POR
CUALQUIER COSA EN VANO.
EN LA ALEGRÍA O EN EL
DOLOR SIGUE AL SEÑOR
Y MIRA A NEGUS Y
CONFÍA EN SU PALABRA.
TOMA TIEMPO SER
SANTO, ESTATE TRANQUILO EN TU ALMA,
EN CADA PENSAMIENTO Y
TEMPLE BAJO SU MANDO.
ASÍ LLEVADO POR SU
ESPÍRITU A LA FUENTE DE AMOR
TÚ RAPIDAMENTE
ESTARAS LISTO PARA SERVIRLO.
SANTO EMMANUEL I SELASSIE I JAH RASTAFARI
*************************************************************************************
Corónelo con muchas
Coronas,
Al Cordero en Su
trono,
¡Oigan cómo el Himno
Celestial
Ahoga todas las otras
músicas!
Despierta mi Alma y
canta a Él
Quién vivió por mí,
Y lo aclama como el
Rey
Sin igual por toda la
Eternidad.
Corónelo Señor del
Amor,
Mire Sus manos y su
costado,
Ricas heridas,
todavía visibles,
En glorificada
belleza.
Ningún ángel en la
tierra
Pudo entender eso
totalmente,
Pero se postró y
maravilló
Sobre ese misterio
tan brillante.
Corónelo Señor de la Vida,
Quien triunfó sobre
la tumba,
Quién se levantó
victorioso en la lucha
Para todos aquéllos a
quienes vino a salvar.
Sus Glorias ahora
nosotros Cantamos,
Por él quién Vivió y
se Levantó,
Quién vivió para
traer Vida Eterna
Y vivió para que la
muerte pueda morir.
Corónelo Señor de
Sión,
Uno con el Padre lo
sabemos,
Uno con el espíritu
que le ha sido dado,
El de ese Trono
glorioso.
A Ti sea sin fin la
alabanza,
Porque tu por
nosotros has vivido,
Tu seas, Oh Mi Señor,
por los infinitos días,
Adorado y magnificado.
“Nadie le quitará el poder a Judá
ni el cetro que tiene en las manos,
hasta que venga el dueño del cetro,
a quien los pueblos obedecerán”.
(GENESIS 49 VERSO 10)
¡Aclame al ungido del
Señor, el Hijo mayor del gran David!
¡Aclámelo en este
tiempo fijado, Su reino sobre la tierra empieza!
Él viene para romper
la opresión, dejar a los cautivos libres;
Cortar la
transgresión y a gobernar con igualdad.
Él viene en rápida
ayuda para aquéllos quienes sufren el mal;
Para ayudar a los
pobres y necesitados y ofrecerle al débil ser fuerte;
Para darles canciones
para suspirar, su oscuridad volverla luz,
Para que aquellas
almas, condenadas y muertas, sean preciosas a Su vista.
Él bajará como la
lluvia sobre la tierra fértil;
Amor, alegría y
esperanza como las flores, en Su camino al nacimiento primaveras.
Ante Él en las
montañas, pacificado, el heraldo irá,
Y la rectitud en
manantiales, desde las colinas a los valles fluirá.
El que cuida el
desierto de Arabia ante Él doblará sus rodillas;
El extranjero etíope
Su gloria vendrá a ver;
Con ofrendas barcos
de devoción desde las islas se reunirán,
Para dejar la riqueza
de los océanos en tributo ante Sus pies.
Los reyes se inclinan
ante Él, oro e incienso traen;
Todas las naciones lo
adorarán, Su alabanza canta toda la gente;
Porque Él tendrá
dominio sobre ríos, mares y sus costas,
Lejos de la trampa el
águila o las alas de las palomas de luz podrán volar.
Sobre cada enemigo Él
en Su trono descansará victorioso;
De edad en edad más
glorioso, todas bendiciones y todo bendito.
La marea del tiempo
nunca Su convenio quitará;
Su Nombre se
levantará para siempre, Su Nombre para nosotros es Amor.
NEGUS EMMANUEL I SELASSIE I JAH RASTAFARI
*************************************************************************************
¡Oye
la voz de Negus que llama!
“¿Quién
irá y trabajará hoy?
Los
campos están listos y la siega esperando;
¿Quién
llevará los atados?”
Fuertemente
y prolongado el Maestro llamó,
Ricas
recompensas él ofrecerá gratis
A
quién responda y diga alegremente,
“Aquí
estoy yo; envíame a mi, envíame a mi”.
Si
no puedes cruzar el océano,
Y
explorar tierras paganas,
Puedes
encontrar al pagano más cercano,
Puedes
ayudarlo a llegar a su puerta.
Si
no puedes dar tus miles,
Puedes
dar la ofrenda de la viuda;
Y
lo mínimo que des por Negus
Será
precioso a su vista.
Si
no puedes velar
Párate
en las murallas de Sión
Señalando
el camino al cielo
Ofreciendo
vida y paz para todos.
Con
tus oraciones y con tu generosidad
Puedes
hacer lo que Dios requiere;
Puede
ser como el fiel Aaron,
Apretar
las manos del profeta.
Si
entre los ancianos
No
puedes ser hábil para enseñar,
“Alimenta
a Mis corderos”, dijo Cristo, nuestro Pastor,
“Da
el alimento que esté a tu alcance”,
Y
así podrá ser que esos niños
Que
vienen a ti con mano temblorosa
Sean
encontrados entre sus joyas,
Cuando
alcances la tierra mejor.
Permite
que nadie te escuche decir ociosamente,
“No
hay nada que yo pueda hacer”
Mientras
los Hijos del Hombre están muriendo
Y
el Maestro te está llamando.
Toma
gustosamente la tarea que él te da,
Deja
a tu trabajo ser un placer;
Contesta
rápido cuando él te llame,
“Aquí
estoy yo; envíame a mi, envíame a mi”.
SANTO EMMANUEL I SELASSIE I JAH RASTAFARI
*************************************************************************************
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LA
RECTITUD CONTRA LA MALDAD
RASTAFARI CONQUISTARÁ LA MALDAD EN EL
FINAL Y EL DIABLO VOLVERÁ A SU CASA BAJO LA TIERRA…
EL AMOR SIEMPRE SERÁ MAS FUERTE QUE EL
ODIO.
RASTAFARI
|
BABILONIA
|
LIBRE
|
OPRESIVO
|
HUMILDE
|
FANFARRON
|
INDULGENTE
|
VENGADOR
|
SABIO
|
IGNORANTE
|
SOLIDARIO
|
CODICIOSO
|
PACIENTE
|
IMPACIENTE
|
ESPERANZADO
|
DESESPERANZADO
|
TRANQUILO
|
TENSO
|
SATISFECHO
|
ENVIDIOSO
|
ARMONIOSO
|
CAOTICO
|
FIEL
|
INFIEL
|
IGUALITARIO
|
JERARQUICO
|
CULTO
|
VANO
|
HONESTO
|
MENTIROSO
|
NATURAL
|
INDUSTRIAL
|
VERDADERO
|
FALSO
|
SANTO EMMANUEL I SELASSIE I JAH RASTAFARI
*************************************************************************************
Respira en mí,
Respiración de Dios,
Lléname con nueva
vida.
Así podré amar eso
que Usted ha de amar
Y hacer eso que Usted
ha de hacer.
Respira en mí,
Respiración de Dios,
Hasta que mi corazón
sea puro.
Hasta que con Usted
sea uno,
Para hacer y para
permanecer.
Respira en mí,
Respiración de Dios,
Hasta ser totalmente
Tuyo.
Hasta que toda esa
parte terrenal de mí
Se queme con tu fuego
divino.
Respira en mí,
Respiración de Dios,
Así nunca moriré.
Pero viviré con Usted
en la perfecta vida
Toda la eternidad.
SANTO EMMANUEL I
SELASSIE I JAH RASTAFARI
*************************************************************************************
Pacientemente,
tiernamente suplicando a Negus me levanto hoy;
Él golpea a la puerta
de los corazones como siempre, ¡Oh no lo rechaces por más tiempo!
¡No
lo rechaces, no lo rechaces!
Él
ha regresado de nuevo a tu corazón aunque has ido desencaminado;
¡Oh
cómo necesitarás que Él suplique por tu causa en este día eterno!
¡No
lo rechaces de tu corazón al salvador, Oh no lo rechaces!
Gracia, compasión y
misericordia;
Él te espera a la
puerta de tu verja, ¡Oh ríndete ante su maravilloso amor!
¿No puedes oírlo
llamar ahora? ¡No trates de mala manera a semejante Amigo!
Deja tus pecados ¡Oh
déjalo entrar y Él será verdadero hasta el final!
Ahora es el tiempo
para recibirlo, déjalo entrar hoy;
¡No te aflijas más,
pero abre tu puerta y no lo rechaces por más tiempo!
SANTO EMMANUEL I SELASSIE I JAH RASTAFARI
*************************************************************************************
No te rindas a la
tentación, porque rendirte es pecado;
Cada victoria te
ayudará a ganar otra;
Lucha como un hombre,
domina las pasiones oscuras,
Mira siempre a Negus,
Él siempre te acompaña.
Pide
al Salvador que te ayude,
Conforte,
fortalezca y te guarde;
Él
está deseoso de ayudarte,
Él
siempre te acompaña.
Huye de los malos
compañeros, desprecia las malas palabras,
Guarda el Nombre de
Dios en reverencia, no lo tomes en vano;
Se meditativo y
serio, de buen corazón y verdadero,
Mira siempre a Negus,
Él siempre te acompaña.
A todo aquel que esto
supere, Dios dará una corona;
Por medio de la fe la
conquistamos y aunque a veces caigamos,
Él quién es nuestro
Salvador renovará nuestra fuerza;
Mira siempre a Negus,
él siempre te acompaña.
*************************************************************************************
(Santiago
1)
Hermanos míos, ustedes deben tenerse
por muy dichosos cuando se vean sometidos a pruebas de toda
clase. Pues ya saben que cuando su fe es puesta a prueba, ustedes aprenden
a soportar con fortaleza el sufrimiento. Pero procuren que esa
fortaleza los lleve a la
perfección, a la madurez plena, sin que les falte nada.
Si a alguno de ustedes le falta
sabiduría pídasela a Dios y él se la dará; pues Dios da a todos sin
limitación y sin hacer reproche alguno. Pero tiene que pedir con fe,
sin dudar nada; porque el que duda es como una ola del mar que el viento
lleva de un lado a otro. Quien es así no crea que va a recibir
nada del Señor, porque hoy piensa una cosa y mañana otra y no es constante
en su conducta. Dichoso el hombre que soporta la prueba con fortaleza,
porque al salir aprobado, recibirá como premio la corona de vida eterna, que
Dios ha prometido a los que lo aman.
Cuando alguno se sienta tentado a hacer
lo malo, no piense que es tentado por Dios, porque Dios ni siente la
tentación de hacer lo malo ni tienta a nadie para que lo haga. Al
contrario, uno es tentado por sus propios malos deseos, que lo atraen y lo
seducen. De estos malos deseos nace el pecado; y del pecado,
cuando llega a su completo desarrollo, nace la muerte.
Queridos hermanos míos, no se
engañen: todo lo bueno y perfecto que se nos da viene de
arriba, de Dios, quien creó los astros del cielo. Dios es siempre el
mismo: en él no hay variaciones ni oscurecimientos.
*************************************************************************************
MI ESPERANZA SE
CONSTRUYE EN NADA MENOS QUE EN LA SANGRE DE NEGUS Y SU RECTITUD;
YO NO ME ATREVO A
CONFIAR EN LO DULCE DE LA IMAGEN PERO CONFIÓ TOTALMENTE EN EL NOMBRE DE
NEGUS!
EN
CRISTO LA ROCA SOLIDA YO ME LEVANTO,
TODAS
LAS OTRAS TIERRAS SON ARENA MOVEDIZA;
TODAS
LAS OTRAS TIERRAS SON ARENA MOVEDIZA.
CUANDO LAS TINIEBLAS
PARESCAN ESCONDER SU ROSTRO YO DESCANSARÉ EN SU GRACIA INMUTABLE.
EN CADA VIENTO GRANDE
Y TORMENTOSO MI ANCLA SE SOSTENDRÁ DENTRO DE LA TUNICA!
EN
CRISTO LA ROCA SOLIDA YO ME LEVANTO,
TODAS
LAS OTRAS TIERRAS SON ARENA MOVEDIZA;
TODAS
LAS OTRAS TIERRAS SON ARENA MOVEDIZA.
SU VOTO, SU PACTO, SU
SANGRE, ME SOSTIENEN EN LA OLA DEL DILUVIO.
CUANDO A TODO MI
ALREDEDOR EL CAMINO ES BUENO, ENTONCES ÉL ES TODA MI ESPERANZA Y LUGAR!
EN
CRISTO LA ROCA SOLIDA YO ME LEVANTO,
TODAS
LAS OTRAS TIERRAS SON ARENA MOVEDIZA;
TODAS
LAS OTRAS TIERRAS SON ARENA MOVEDIZA.
CUANDO SUENE LA
TROMPETA Y ÉL VENGA, ENTONCES PODRÉ CON ÉL SER ENCONTRADO.
VESTIDO SOLAMENTE EN
SU RECTITUD, SIN DEFECTO PARADO ANTE SU TRONO!
EN
CRISTO LA ROCA SOLIDA YO ME LEVANTO,
TODAS
LAS OTRAS TIERRAS SON ARENA MOVEDIZA;
TODAS
LAS OTRAS TIERRAS SON ARENA MOVEDIZA.
SANTO EMMANUEL I SELASSIE I JAH RASTAFARI
*************************************************************************************
(Mateo
19)
Entonces vino uno y le dijo a Jesús:
“Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna?” Él le dijo:
“¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino uno: Dios. Más si quieres
entrar en la vida, guarda los mandamientos”.
Le dijo: “¿Cuáles?”
Y Jesús dijo:
“No matarás.
No adulterarás.
No hurtarás.
No dirás falso testimonio.
Honra a tu padre y a tu
madre;
Y amarás a tu prójimo como a ti mismo…”
******************************************************************************
Amémonos, hermanos,
Con santo y puro
amor;
Un solo cuerpo somos,
Y nuestro Padre es
Dios.
Amémonos, hermanos,
Lo quiere el
Salvador,
Quien Su preciosa
sangre
Por todos derramó.
Amémonos, hermanos,
En dulce comunión;
Y paz, amor y gracia
Dará el Confortador.
Amémonos, hermanos,
Y en nuestra santa
unión
No existan asperezas
Ni discordante voz.
Amémonos, hermanos,
Y al mundo pecador
Mostremos cómo viven
Los que salvados son.
Amémonos, hermanos,
Con todo el corazón;
Lo ordena el Dios y
Padre;
Su ley es ley de
amor.
SANTO EMMANUEL I SELASSIE I JAH RASTAFARI
*************************************************************************************
(Mateo
11)
En
aquel tiempo, Jesús dijo: “Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra,
porque has mostrado a los sencillos las cosas que escondiste de los
sabios y entendidos. Sí, Padre, porque así lo has querido. Mi Padre
me ha entregado todas las cosas. Nadie conoce realmente al Hijo, sino el
Padre; y nadie conoce realmente al Padre, sino el Hijo y aquellos a
quienes el Hijo quiera darlo a conocer…
*************************************************************************************
Yo debo tener al
Salvador conmigo,
Porque no me atrevo a
ir solo,
Debo sentir Su
presencia cerca de mí,
Y su brazo a mi
alrededor.
Entonces
mi alma no temerá ningún mal, no temerá ningún mal,
Puedes
llevarme donde quieras, donde quieras,
Iré
sin murmurar,
Y
Tus pasos seguiré.
Yo debo tener al
Salvador conmigo,
Porque mi fe, a lo
mejor, es débil;
Él puede susurrarme
palabras de confort
Que ninguna otra voz
me podría hablar.
Yo debo tener al
Salvador conmigo,
En la marcha
progresiva de la vida,
A través de la
tempestad y el brillo del sol,
A través de las
batallas y luchas.
Yo debo tener al
Salvador conmigo,
Y Sus ojos el camino
me habrán de guiar,
Hasta que alcance el
valle del Jordán,
Hasta que cruce la
corriente.
*************************************************************************************
(Mateo 18)
Si tu hermano te hace algo malo, habla con él a
solas y hazle reconocer su falta. Si te hace caso, ya has ganado a tu
hermano. Si no te hace caso, llama a una o dos personas
más, para que toda acusación se base en el testimonio de dos o tres
testigos. Si tampoco les hace caso a ellos, díselo a la comunidad; y
si tampoco hace caso a la comunidad, entonces habrás de considerarlo como
un pagano o como uno de esos que cobran impuestos para Roma.
*************************************************************************************
Mi fe mira sobre ti,
¡Tú el cordero del Monte Sión, divino salvador!
Ahora óyeme mientras oro, llévate todas mis faltas,
¡Oh déjame desde este día ser totalmente Tuyo!
Puedes Tu abundante gracia impartir
¡Fortalecer a mi corazón desfallecido, inspirar mi celo!
Como Tú has vivido por mí, Oh puede mi amor por Ti,
Ser puro y cálido, e inmutable, un fuego viviente!
Cuando camine por el laberinto oscuro de la vida,
Y los dolores se propaguen a mi alrededor, se Tú mi Guía;
Deja mi oscuridad volverse día, limpia las lágrimas de mi dolor,
No me permitas jamás perderme de Tú lado.
Cuando termine la vida de transitar su sueño,
Cuando la triste fría muerte fluya sobre mí;
Bendito Salvador, entonces con amor, quítame el miedo y la desconfianza;
¡Oh llévame a salvo, rescata mi alma!
SANTO EMMANUEL I SELASSIE I JAH RASTAFARI
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(Hebreos 9)
De acuerdo con la religión
judía, las personas que están impuras no pueden rendirle culto a Dios. Pero serán consideradas
puras si se les rocía la sangre de chivos y toros y las cenizas de una ternera sacrificada. Pues si todo eso tiene poder, más poder tiene la sangre de
Cristo.
Porque por medio del
Espíritu que vive para siempre, Cristo se ofreció a sí mismo a Dios como
sacrificio, sin mancha ni pecado. Su sangre nos purifica, para que estemos
seguros de que hemos
sido perdonados y para que podamos servir a Dios, que vive para siempre.
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¿Serás libre de tu carga de pecado?
Hay poder en la sangre, poder en la sangre;
¿Habrías de ganar una victoria sobre el mal?
Hay un maravilloso poder en la sangre.
Hay poder, poder y un poder maravilloso trabajando,
En la sangre del Cordero;
Hay poder, poder y un poder maravilloso trabajando,
En la preciosa sangre del Cordero.
¿Serás libre de tu pasión y orgullo?
Hay poder en la sangre, poder en la sangre;
Ven a purificarte al Monte de Sión,
Hay un maravilloso poder en la sangre.
¿Serías tú más blanco, mucho más blanco que la nieve?
Hay poder en la sangre, poder en la sangre;
Las manchas del pecado se perdieron en tu flujo dador de vida,
Hay un maravilloso poder en la sangre.
¿Harías tú un servicio para Negus nuestro Rey?
Hay poder en la sangre, poder en la sangre;
¿Habrías de vivir diariamente para Sus alabanzas cantar?
Hay un maravilloso poder en la sangre.
SAGRADO EMMANUEL I SELASSIE I JAH RASTAFARI
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(1
Juan 1)
Jesucristo nos enseñó que
Dios es luz y que donde Dios está no hay oscuridad. Éste es el mensaje que ahora
les anunciamos:
Si decimos
que somos amigos de Dios y al mismo tiempo vivimos pecando, entonces resultamos
ser unos mentirosos que no obedecen a Dios. Pero si vivimos en la luz, así como Dios vive en la luz,
nos mantendremos unidos como hermanos y Dios perdonará nuestros pecados por medio
de la sangre
de su Hijo,
Jesús.
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La Iglesia es una fundación
es Negus Cristo su Señor.
Ella es su nueva creación
por agua y por la palabra.
Desde Sión vino y la buscó
para ser su novia santa.
Con su propia sangre la compró
y para que ella viva él vive.
Elegidos de cada nación,
todavía uno sobre toda la tierra,
su carta de salvación:
un Señor, una fe, un nacimiento.
Un nombre santo nosotros bendecimos,
compartimos una misma comida santa,
y una esperanza nosotros sujetamos,
con cada gracia concedida.
Aunque con una admiración desvergonzada
este mundo la ve oprimida,
por cismas que la separan,
por herejías penosas,
todavía los santos su vigilia están
guardando;
su lamento se eleva: "¿Por cuánto
tiempo?"
Y pronto la noche de las lagrimas
será la mañana de la canción.
En medio del trabajo y la tribulación,
y en el tumulto de nuestra guerra,
ella espera la consumación
de la paz eterna:
todavía con sus visiones gloriosas
lo que sus ojos anhelan son las
bendiciones,
y la gran iglesia victoriosa
será la iglesia que descansa.
Todavía ella sobre la tierra tiene su
unidad
con Dios, nuestro Tres en Uno,
y una mística dulce comunión
con aquéllos quienes descansan en la
victoria:
¡Oh felices y santos!
Señor, danos la gracia así nosotros,
como ellos, los mansos y humildes,
podamos vivir eternamente.
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(Revelación 21)
Después
vino uno de los siete ángeles y me dijo: “Acércate; voy a mostrarte a la novia, la
que va a ser la esposa del Cordero”.
Y en la visión que el Espíritu de Dios me mostró, el ángel me llevó a un
cerro grande y alto y me enseñó la gran ciudad santa de Jerusalén, que bajaba
del cielo, donde está Dios. La presencia de Dios la hacía brillar... Gente de todos los países
caminará a la luz que sale de la ciudad y los reyes de la tierra le entregarán sus
riquezas. Los portones de la
ciudad no se cerrarán de día y allí nunca será de noche. Le entregarán las riquezas y todo lo bello de
los países, pero nunca entrará en ella nada que desagrade a Dios; no
entrarán los que han adorado a dioses falsos. Sólo podrán entrar los
que tengan anotados sus nombres en el libro del Cordero. En ese libro están
anotados los que recibirán la vida eterna.
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Toma mi vida; y deja que
sea consagrada Señor, para Ti
Toma mis momentos y mis días;
déjalos fluir en alabanza incesante.
Toma mis manos; y déjalas
moverse al impulso de Tu amor.
Toma mis pies; y déjalos
ser rápidos y hermosos para Ti.
Toma mi voz; y déjame cantar
siempre sólo para Ti, Rey.
Toma mis labios; y
déjalos que se llenen con mensajes de Ti.
Toma mi plata y mi oro;
ni con dinero me habría de quedar.
Toma mi intelecto; y usa
cada poder como Tú quieras.
Toma mi voluntad; y hazla
Tuya; ya no será mía.
Toma mi corazón; hazlo
Tuyo; será para Tu trono real.
Toma mi amor; lo derramo
a Tus pies mi Señor, es mi tesoro acumulado.
Tómame; y seré siempre,
sólo, todo para Ti.
SAGRADO
EMMANUEL I SELASSIE I JAH RASTAFARI
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(Salmo 119)
La felicidad de los que cumplen la Ley del Señor
Felices los
que van por un camino honrado, los que siguen la ley del Señor. Felices los que cumplen sus mandamientos y los que lo buscan de todo corazón, los que van por sus caminos, sin
hacer ningún mal… Tú proclamaste tus
mandamientos para que se cumplieran íntegramente. ¡Quiero mantenerme
firme en la observancia de tus
preceptos! No sentiré vergüenza al considerar tus mandamientos… Te alabaré con un corazón recto, aprenderé tus justas
decisiones. Quiero cumplir
fielmente tus preceptos...
La Ley de Señor, fuente de rectitud y alegría
¿Cómo un hombre llevará una vida honesta? Cumpliendo tus palabras. Yo
te busco de todo corazón: no permitas que me aparte de tus mandamientos… Conservo tu palabra en mi corazón para no pecar contra ti. Tú eres bendito Señor: enséñame tus mandamientos… Yo
proclamo con mis labios todos los juicios de tu boca. Me alegro de cumplir tus mandamientos, más que de todas las
riquezas… Meditaré tus leyes y tendré en cuenta tus caminos. Mi alegría está en tus mandamientos: no me olvidaré de tu palabra…
Súplica para saber estimar la Ley del Señor
Sé bueno con tu servidor, para que yo viva y pueda cumplir tu palabra. Abre mis ojos, para que contemple
las maravillas de tu ley… Soy un
peregrino en la tierra, no me ocultes tus
mandamientos. Mi alma se consume, deseando siempre tus decisiones... Tú amenazas a esos malditos arrogantes que se desvían de tus mandamientos. Aparta de mí la vergüenza y el
desprecio porque yo sí que cumplo
tus órdenes... Aunque los
poderosos conspiren contra mí, yo
meditaré tus preceptos. Porque
tus decretos son toda mi alegría y tus
ordenanzas mis consejeros…
Determinación de obedecer a la Ley del Señor
Instrúyeme en el camino de tus leyes y yo
meditaré tus maravillas. Mi alma
llora de
tristeza: consuélame con tu
palabra… Apártame del camino de
la mentira y dame la gracia de conocer tus leyes…
Elegí seguir el camino de la verdad, puse
tus decretos delante de mí. Abracé tus
prescripciones: no seré
defraudado. Seguiré el camino de
tus mandamientos, porque tú me
infundes confort...
Deseo de cumplir exactamente la Ley del Señor
Muéstrame Señor, el camino de tus preceptos y yo los cumpliré a la perfección. Instrúyeme
para que observe tu ley y la cumpla de
todo corazón. Condúceme por la senda de tus mandamientos, porque en ella tengo
puesta mi alegría… Inclina mi
corazón hacia tus ordenanzas y no hacia la codicia. Aparta
mi vista de las cosas vanas; vivifícame con tu palabra. Cumple conmigo tu promesa, la que hiciste a tus fieles… Aparta de mí el reproche que temo, porque tus juicios son benignos. Yo deseo tus
mandamientos: vivifícame por tu justicia…
Propósito de dar testimonio de la Ley del
Señor
Que llegue hasta mí tu misericordia Señor
y tu salvación conforme a tu promesa. Así responderé a los que me insultan,
porque confío en tu palabra. No quites de mi boca la palabra
verdadera, porque puse mi esperanza en tus juicios. Yo cumpliré fielmente tu ley: lo haré siempre, eternamente. Y caminaré por un camino espacioso, porque busco tus mandamientos… Hablaré de tus mandatos delante de los
reyes y no quedaré confundido. Me deleitaré en tus mandamientos que
yo amo
tanto. Elevaré mis manos hacia
tus mandamientos y meditaré en tus
preceptos...
La Ley del Señor, fuente de consuelo
Acuérdate de la palabra que me diste, con la que alentaste mi esperanza. Lo que me consuela en la aflicción es que tu palabra me da vida. Los orgullosos se burlan de mí como
quieren, pero
yo no me desvío de tu ley. Me
acuerdo Señor, de tus antiguos juicios y
eso me sirve de
consuelo… Me lleno de indignación
ante los pecadores, ante los que abandonan
tu ley. Tus
preceptos son para mí como canciones, mientras
vivo en el destierro. Por la noche,
Señor, me acuerdo de tu Nombre
y quiero cumplir tu ley. Esto me ha sucedido porque
he observado tus
mandamientos…
Firme devoción a la Ley del Señor
El Señor es mi
herencia: yo he decidido cumplir tus
palabras. Procuro de todo corazón
que
me mires con bondad; ten piedad de mí,
conforme a tu promesa. Examino atentamente mis caminos y dirijo mis pasos hacia tus ordenanzas… Me apresuro, sin titubear, a cumplir tus mandamientos.
Los lazos de los malvados me rodean, pero
yo no me olvido de tu ley. Me
levanto a medianoche para alabarte por
tus justas decisiones. Soy amigo de todos tus fieles, de los que
cumplen tus leyes. La tierra
Señor, está llena de tu amor; enséñame
tus preceptos…
La Ley del Señor, fuente de sabiduría en la
aflicción
Tú fuiste bueno con tu servidor de acuerdo con tu palabra, Señor. Enséñame la discreción y la
sabiduría, porque confío en tus
mandamientos. Antes de ser
afligido, estaba descarriado; pero ahora cumplo tu palabra.
Tú eres bueno y haces el bien: enséñame
tus mandamientos... Los orgullosos traman engaños contra mí: pero yo observo tus preceptos. Ellos tienen el
corazón endurecido, yo en cambio
me regocijo en tu ley. Me hizo bien
sufrir la humillación, porque así aprendí tus preceptos. Para
mí vale más la ley de tus labios que
todo el oro y la plata…
La Ley del Señor, motivo de esperanza
Tus manos me hicieron y me formaron; instrúyeme,
para que aprenda tus mandamientos. Tus fieles verán
con alegría que puse mi esperanza en tu palabra. Yo sé que tus juicios son justos
Señor y que me has humillado con razón. Que tu misericordia me consuele de
acuerdo con la promesa que me hiciste. Que
llegue hasta mí tu compasión y viviré porque
tu ley es toda mi alegría…
Que se avergüencen los orgullosos, porque me afligen sin motivo; yo, en cambio, meditaré tus preceptos. Que se vuelvan hacia mí tus fieles; los que tienen en cuenta tus
prescripciones. Que mi corazón cumpla íntegramente tus preceptos, para que yo no quede
confundido…
Fidelidad a la Ley del Señor en la persecución
Mi alma pide por tu salvación; yo espero en tu palabra. Mis ojos se piden por tu palabra, ¿cuándo me consolarás? Aunque estoy como un odre resecado por
el humo, no me olvido de tus
preceptos. ¿Cuántos serán los días de mi vida? ¿Cuándo juzgarás a mis perseguidores? Los
orgullosos me cavan fosas, oponiéndose a
tu ley. Todos tus mandamientos
son verdaderos; ayúdame porque me persiguen sin motivo. Por poco me
hacen desaparecer de la tierra; pero
yo no abandono tus preceptos. Vivifícame por tu misericordia y cumpliré tus ordenanzas...
La estabilidad de la Ley del Señor
Tu palabra Señor, permanece para siempre,
está firme en Sión. Tu verdad permanece por
todas las generaciones; tú
afirmaste la tierra y ella subsiste. Todo
subsiste hasta hoy conforme a tus decretos porque todas las cosas te están sometidas… Si tu ley
no fuera mi alegría ya hubiera sucumbido en mi aflicción. Nunca me olvidaré de tus mandamientos:
por medio de ellos, me has dado la vida… Sálvame porque yo te pertenezco
y busco tus mandamientos. Los malvados están al acecho para perderme pero yo estoy atento a tus ordenanzas. He comprobado
que toda perfección
es limitada: ¡qué
amplios, en cambio, son tus mandamientos!
El amor por la Ley del Señor
¡Cuánto amo tu ley, todo el día la medito! Tus mandamientos me hacen más sabio
que mis enemigos, porque siempre me acompañan. Soy
más prudente que todos mis maestros, porque
siempre medito tus prescripciones. Soy más inteligente que los ancianos,
porque observo tus preceptos. Yo aparto mis pies del
mal camino para cumplir tu palabra. No
me separo de tus juicios porque eres tú
el que me los enseñas. ¡Qué dulce es tu palabra para mi boca, es más dulce que la miel! Tus preceptos me hacen
entender: por eso aborrezco el camino de
la mentira…
La Ley del Señor, luz y guía de la vida
Tu palabra es una lámpara para mis pasos y una luz en mi camino. Hice el juramento –y lo
sostengo– de cumplir tus justas decisiones.
Estoy muy afligido Señor: vivifícame,
conforme a tu palabra. Acepta Señor, las ofrendas de mis labios y enséñame tus decisiones. Mi
vida está en constante peligro pero yo no
me olvido de tu ley. Los pecadores me tienden una trampa pero yo no me aparto de tus mandamientos. Tus ordenanzas son mi herencia para
siempre, porque alegran mi corazón. Estoy decidido a cumplir tus
preceptos, siempre y a la perfección…
Repudio de los que no cumplen la Ley del
Señor
Detesto la doblez del corazón y amo tu ley. Tú eres mi amparo y mi
escudo: yo espero en
tu palabra. Que los malvados se
aparten de mí: yo cumpliré los
mandamientos de mi Dios… Sé mi sostén
conforme a tu promesa y viviré: que mi
esperanza no quede defraudada. Dame tu
apoyo y seré salvado y fijaré la mirada
en tus preceptos… Tú abandonas a
los que se desvían de tus preceptos porque
todo lo que piensan es mentira. Tú
eliminas como escoria a los injustos, por eso amo tus mandamientos…
Nueva profesión de fidelidad a la Ley del
Señor
He obrado conforme al derecho y a la justicia:
no me entregues a mis opresores. Otorga
una garantía a mi favor para que no me opriman los orgullosos. Mis ojos piden por tu salvación y
por tu promesa de
justicia. Trátame conforme a tu
bondad y enséñame tus mandamientos… Yo soy tu servidor: instrúyeme y así conoceré tus ordenanzas. Ha llegado Señor, el tiempo de obrar;
han quebrantado tu ley. Por eso amo tus mandamientos y los prefiero más que al oro más
fino. Por eso me
guío por tus preceptos y
aborrezco todo camino engañoso...
Ardiente deseo de observar la Ley del Señor
Tus ordenanzas son admirables: por eso las observo. La explicación de tu palabra ilumina
y da inteligencia al ignorante. Abro mi boca y aspiro hondamente,
porque anhelo tus mandamientos. Vuelve tu rostro y ten piedad
de mí; es justo que lo hagas con
los que aman tu Nombre. Afirma mis
pasos conforme a tu palabra, para que no
me domine la maldad. Líbrame de la opresión de los hombres, yo cumpliré tus
mandamientos. Que brille sobre
mí la luz de tu rostro y enséñame tus ordenanzas. Ríos de lágrimas brotaron de mis ojos
porque no se cumple tu ley…
La justicia de la Ley del Señor
Tú eres justo Señor y tus juicios son rectos. Tú impones tus prescripciones con
justicia y con absoluta lealtad. El celo me consume, porque mis adversarios olvidan tu
palabra. Tu palabra está bien
acrisolada y por eso la amo. Soy pequeño y despreciable, pero no olvido tus preceptos. Tu
justicia es eterna y tu ley es la
verdad. Cuando me asalta la
angustia y la opresión, tus mandamientos son toda mi alegría.
La justicia de tus ordenanzas es eterna; instrúyeme y viviré…
Constancia en la meditación de la Ley del
Señor
Yo clamo de todo corazón: escúchame Señor
y observaré tus preceptos. Clamo a ti: sálvame y
cumpliré tus mandatos. Me
anticipo a la aurora para implorar tu ayuda; yo espero en tu palabra… Mis ojos se anticipan a las
vigilias de la noche para
meditar tus
enseñanzas. Por tu amor oye mi
voz Señor; vivifícame por tu justicia. Se acercan a mí los que me persiguen con su falsedad, los que están alejados de tu ley. Pero tú estás cerca Señor y todos tus mandamientos son verdaderos. Yo sé desde hace mucho tiempo que tú afirmaste para siempre tus ordenanzas...
La fidelidad a la Ley del Señor, fuente de
salvación
Mira mi aflicción y líbrame, porque no me olvido de tu ley. Defiende mi causa y sálvame; vivifícame conforme a
tu promesa. La salvación está
lejos de los injustos porque no buscan tus preceptos. Tu compasión es muy grande Señor;
vivifícame por tu justicia. Son muchos los que me persiguen y me oprimen pero yo no me desvié de tus
ordenanzas. Veo a los
pecadores y siento indignación porque no cumplen tu palabra. Mira Señor, que
yo amo tus preceptos: vivifícame por tu
amor. Lo primordial de tu palabra es
la verdad y tus justos juicios permanecen para siempre…
La Ley del Señor, fuente de paz y seguridad
Los poderosos me persiguen sin motivo pero yo temo únicamente tu palabra. Yo me alegro en
tu promesa como quien logra un gran botín. Odio
y aborrezco la mentira; en
cambio, amo tu ley. Te
bendigo muchas veces al día porque tus juicios son justos… Los que aman tu ley gozan de una gran
paz, nada los hace tropezar. Yo espero tu salvación Señor y cumplo tus mandamientos. Mi alma observa tus
ordenanzas y las ama
intensamente. Yo observo tus mandamientos y tus ordenanzas porque tú conoces todos mis caminos...
Anhelo final de cumplir la Ley del Señor
Que mi clamor se acerque a ti, Señor: instrúyeme conforme a tu palabra. Que mi plegaria llegue a tu presencia:
líbrame conforme a tu promesa. Que mis labios expresen tu alabanza, porque me has enseñado
tus preceptos. Que mi lengua se haga eco de tu promesa, porque todos tus mandamientos son justos. Que tu mano venga en mi ayuda,
porque yo elegí tus preceptos. Yo ansío
tu salvación Señor y tu ley es toda mi alegría. Que yo viva y pueda alabarte y que tu
justicia venga en mi ayuda. Si ando errante como una oveja perdida: ven a buscar a tu servidor. Yo nunca olvido tus
mandamientos…
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Vengamos, nosotros
que amamos al Señor,
Y permitamos nuestras
alegrías ser conocidas;
Unámonos en una
canción de dulce acuerdo,
Unámonos en una
canción de dulce acuerdo,
Unámonos en una
canción de dulce acuerdo,
Y así rodeemos el trono.
Nosotros
estamos marchando a Sión,
Hermoso,
Hermoso Sión;
Nosotros
estamos marchando hacia Sión,
La
Hermosa Ciudad de Dios.
Permitamos a aquéllos
que se niegan a cantar
Quienes nunca
conocieron a nuestro Dios;
Pero que son niños
del Rey celestial,
Pero que son niños
del Rey celestial,
Pero que son niños
del Rey celestial,
Poder contar de sus
alegrías en el extranjero.
Nosotros
estamos marchando a Sión,
Hermoso,
Hermoso Sión;
Nosotros
estamos marchando hacia Sión,
La
Hermosa Ciudad de Dios.
La colina de Sión da
Miles de dulces
sagrados,
Antes de que nosotros
alcancemos los campos celestiales,
Antes de que nosotros
alcancemos los campos celestiales,
Antes de que nosotros
alcancemos los campos celestiales,
O paseemos por las
calles doradas.
Nosotros
estamos marchando a Sión,
Hermoso,
Hermoso Sión;
Nosotros
estamos marchando hacia Sión,
La
Hermosa Ciudad de Dios.
Entonces permitamos
nuestras canciones abundar,
Y para cada lágrima
secar;
Nosotros estamos
marchando a la tierra de Emmanuel,
Nosotros estamos
marchando a la tierra de Emmanuel,
Nosotros estamos
marchando a la tierra de Emmanuel,
Al hermoso mundo en
lo alto.
Nosotros
estamos marchando a Sión,
Hermoso,
Hermoso Sión;
Nosotros
estamos marchando hacia Sión,
La
Hermosa Ciudad de Dios.
SAGRADO EMMANUEL I SELASSIE I JAH RASTAFARI
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